El Rey ha expresado ante el cuerpo diplomático acreditado en España su "rechazo y desprecio al terrorismo" y ha lanzado un mensaje de esperanza "a pesar de la barbarie", al advertir de que, frente al fanatismo, solo cabe como respuesta "la fuerza implacable de la razón ejercida en libertad".
El Rey Felipe VI ha cargado este miércoles con dureza contra el terrorismo, "cuyo fin no es otro que someter al mundo a su visión perversa y monolítica" y que tiene como enemigos a las "convicciones democráticas, la libertad en el ser, en el sentir, en el creer y en el querer".
En su primer discurso en la recepción anual al cuerpo diplomático, ha expresado su solidaridad con los países que en el último año han sufrido la "barbarie" terrorista y se ha mostrado convencido de que frente al terror y el fanatismo solo hay una respuesta posible: "la fuerza implacable de la razón ejercida en libertad, en el marco del Estado de Derecho, y del respeto a la dignidad y los derechos de todas las personas".
EL GRAN ESFUERZO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA
Felipe VI, acompañado de la Reina Letizia, ha ofrecido su primera recepción al cuerpo diplomático, un acto solemne celebrado en el Palacio Real donde ha constatado que España, tras cinco meses consecutivos de crecimiento, "ha salido de la recesión y ha empezado a crear empleo" con "gran esfuerzo de la sociedad española".
"Estamos, pues, afrontando una dura prueba que nos obliga a seguir dando lo mejor de nosotros mismos", ha subrayado el Monarca, tras recalcar que España es "una sociedad resistente y con un alto sentido de la justicia social, que ha demostrado saber hacer frente a la crisis".
En sus palabras ante unos 200 invitados, en presencia del jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, y del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, don Felipe ha señalado que, desde el Consejo de Seguridad de la ONU, España está dispuesta a contribuir a "un mundo mejor y más pacífico y seguro, más incluyente y sensible con las necesidades y sufrimientos de todos".
También se ha felicitado por las recientes "noticias esperanzadoras" que han marcado la actualidad iberoamericana, como "el inicio de la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba" y "la plena pacificación de la República hermana de Colombia".