Desplome de los bancos en la Bolsa, tras el Plan de reforma de las cajas anunciado por el Gobierno
Las principales entidades se han desplomado, algunas por encima del 5%, después de que el Gobierno anunciara ayer que nacionalizará las cajas que no estén saneadas, y las convertirá en bancos. También reaccionan al endurecimiento de las exigencias de capital que se impondrán al sector.
El parqué madrileño ha cerrado la sesión con una caída del 1,4%, que ha situado al Ibex 35 en la cota de los 10.664,4 puntos, arrastrado principalmente por el descenso de la banca, cuyos recortes ha liderado Bankinter (-5,16%), por delante de Banco Santander (-3,13%), BBVA (-2,92%), Banesto (-2,66%) y Banco Popular (-1,93%).
Las nuevas exigencias a la banca han provocado que desde por la mañana se desataran las ventas, en especial, de Bankinter, ante las dudas de que esta entidad no pueda alcanzar el ratio de capital exigido por el Gobierno, que se sitúa en el 8%.
Los analistas creen que el plazo dado por el ejecutivo- hasta el mes de setiembre- para que las cajas aumenten su nivel de solvencia elevando su capital -es excesivo.
También consideran que la cifra de 20.000 millones estimada por el gobierno como necesaria para que las cajas con problemas pueden cumplir las nuevas exigencias se queda corta.
ALGUNAS CAJAS TEMEN QUE LOS REQUISITOS DE CAPITAL PUEDAN LLEGAR AL 8,5%
Algunas cajas de ahorros temen que el Gobierno les acabe exigiendo un nivel de capital básico de hasta el 8,5 % de sus activos ponderados por riesgo, en lugar del 8 % como a los bancos, que ya limitaría sustancialmente los aprobados a seis cajas y cuatro alianzas o fusiones.
Según fuentes del sector consultadas, el Ejecutivo baraja una horquilla que podría llegar al 8,5 % para las cajas, con el argumento de restaurar la confianza del sistema financiero, aunque ello suponga unas mayores necesidades de "core capital".
El "core capital" es la proporción de los fondos de los que una entidad puede disponer libremente respecto a los activos ponderados por riesgo y según las normas internacionales de Basilea III tendría que ser de al menos el 7 %, pero el Gobierno lo ha elevado al 8 %.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, advirtió ayer de que la exigencia de capital "podrá ser superior" en algunos casos, sin concretar la proporción exacta, y fuentes del Ministerio explicaron hoy que será el Banco de España quien tome una decisión al respecto.
En cualquier caso, las cajas critican que esa "imprecisión" porque creen que "sólo" da ventaja a sus competidores, los bancos, que conocen desde ya que se les demandará un "core capital" del 8 %.
Así, en el caso de no llegar a esa proporción, como le sucede a Bankinter, pueden calcular desde ya cuánto capital extra requieren.
De hecho, hay varias fórmulas para que las entidades eleven sus fondos propios como desprenderse de activos, generar plusvalías con sus participaciones o incluso, si se los permite el Banco de España, con el trasvase de provisiones específicas a genéricas, ya que éstas sí cuentan como capital básico.
Para las cajas, el hecho de que no se haya concretado el nuevo capital mínimo necesario se interpreta como más "presión" para que se conviertan en bancos y capten fondos privados antes de que llegue el otoño y el Estado tome una participación en ellas, con derecho de representación.
En cuanto a los bancos, todos superarían las exigencias del Gobierno, a excepción del Banco Sabadell, que se quedaría a un paso de acuerdo con los datos de septiembre de 2010 (7,84 %), mientras que Bankinter sería el principal perjudicado, con un core capital del 6,6 % en esa misma fecha.
Por su parte, el gobierno ha vuelto a justificar la reforma por la necesidad de cumplir las exigencias de los mercados. El ministro de Fomento, José Blanco, aseguró que las cajas de ahorros que estén "bien gestionadas" no tendrán "problemas" con las nuevas medidas anunciadas.
Blanco señaló que, por el contrario, las entidades financieras que tengan dificultades "tendrán que preguntarse por qué las tienen", y no "culpar al mensajero" que les haya notificado esos problemas.
Añadió que con estas medidas, que contemplan que el Estado entre como accionista en las cajas de ahorros y los bancos que antes del otoño no obtengan los recursos necesarios para cumplir con los nuevos requisitos mínimos de capital básico, se busca "garantizar la solvencia" del sistema financiero y generar "confianza y credibilidad".
Asimismo, las cajas que requieran la ayuda del Ejecutivo a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tendrán que convertirse en bancos, con lo que perderán así su especial naturaleza jurídica.
Rodrigo Rato presidente de la mayor caja de ahorros de nuestro país, liderada por Caja Madrid y Bancaja ha anunciado que tras conocer los planes del gobierno actuará en consecuencia para ofrecer garantías a clientes e inversores.
"Nuestro objetivo es la solvencia y la garantía total para nuestros clientes y futuros inversores" y, "una vez conocidos los planes del Gobierno, actuaremos en consecuencia" y "tomaremos las decisiones que vayan en beneficio de la entidad".
Lo que ayer planteó el Gobierno, ha dicho, es "mandar el mensaje de una mayor capitalización de una manera más exigente de lo que en estos momentos se está planteando a nivel internacional", lo que debe generar "una mayor confianza, pero también supone un desafío", en unos plazos "exigentes" que el Ejecutivo ha marcado.
Para él, eso exigirá que cada una de las entidades adopte decisiones estratégicas por ejemplo de a apelación a los mercados, capitalización, salidas a bolsa y alianzas, pero, al mismo tiempo, las cajas y los bancos deben continuar con un proceso de saneamiento porque hay activos que se han deteriorado por la crisis.
Desde el PP, el coordinador de Economía y Empleo del PP, Cristóbal Montoro, ha asegurado que el nuevo plan de rescate de las cajas de ahorro resulta "muy discutible", al tiempo que ha admitido que a los 'populares' no les ha gustado "nada" la forma empleada por el Gobierno para anunciar sus propuestas.
"El Gobierno ayer dio un tirón por sorpresa, con una conferencia de prensa que no da confianza", indicó Montoro en un desayuno informativo organizado por el Colegio de los Registradores, en donde cuestionó "la novedad" de las medidas.
"Teníamos que haber anticipado esta crisis con el saneamiento de balances de las entidades financiera. Mientras no hagamos eso, le estamos dando vueltas a la noria", explicó el portavoz 'popular', para después echar en cara al Ejecutivo que se haya limitado a informar al PP de la reforma, en lugar de negociarla. "Estos es un embarque del Gobierno", aclaró.
Así pues, Montoro minimizó el plan de reestructuración de las cajas, al asegurar que se limita a poner un plazo para el saneamiento y a adelantar los principios de Basilea III. Además, consideró que las nuevas medidas constatan el "fracaso" de la tomadas al inicio de la crisis.
Por su parte, desde la Comisión Europa se recuerda que cualquier inyección de capital público en las cajas de ahorro españolas deberá cumplir las normas de ayudas de estado europeas, que incluyen la aprobación por parte de Bruselas de un plan de reestructuración de la entidad afectada.
"Si hay recapitalizaciones, deberán ser compatibles con las reglas que tenemos en vigor", dijo Amelia Torres, portavoz del comisario de Competencia, el español Joaquín Almunia.
Torres se felicitó por el anuncio realizado ayer por el Gobierno español, que deberá servir para "reforzar" el sector de las cajas, de manera que puedan regresar a una situación financiera "más apta" que les permita desempeñar "su papel tradicional" de financiar a la economía real.