El ministro de Fomento, José Blanco, ha advertido de que la paciencia pese a ser "infinita", se "está acabando", por lo que exige a los controladores aéreos que lleven a la mesa de negociación representantes con "autoridad" para asumir los compromisos y acepten el "arbitraje" externo para llegar a acuerdos. En declaraciones a los medios antes de firmar en el Libro de Honra del Ayuntamiento de O Carballiño (Ourense), el dirigente estatal ha avisado de que se "lleva demasiado tiempo negociando", casi "cinco años", y reprocha que los controladores, que están "causando" un "grave daño" a la economía y turismo, "siempre piden trabajar menos y
cobrar más".
"Quiero decir que la paciencia del ministerio es infinita, pero se está acabando", señala, para avisar de que su departamento "no está dispuesto" a "vulnerar la ley" aprobada, como --acusa-- "plantean" los controladores.
"Estamos dispuestos a avanzar en aquellos temas que supongan mejorar las condiciones de actividad y descanso, dispuestos a hablar de condiciones laborales, pero no estamos dispuestos a hacer nada que vulnere la ley", contrapone.
RESPONDER A ARBITRAJE
Blanco critica que este colectivo lleva "demasiado tiempo tratando de dificultar el tránsito aéreo", con lo que recalca que es "el momento de que digan si va a ir a la huelga o no". "Están causando un grave daño a la economía y al turismo de nuestro país", reprueba.Así, insta a los controladores aéreos a aprovechar la oportunidad de "acordar", porque "no pueden tener a toda la sociedad en vilo". "Les hemos propuesto que, desde la independencia, alguien arbitre. Tienen que responder a esa oferta antes de vernos en la obligación de tomar otras decisiones", exhorta.
CAPACIDAD NEGOCIADORA
El ministro de Fomento recuerda que se estuvo a punto del acuerdo, pero concluye que "los que negocian no tienen autoridad suficiente, porque al salir de la negociación, cambian de opinión", ha relatado. "No nos parece serio, queremos negociar con gente que asuma los avances y los compromisos que se alcanzan", reclama Blanco, quien ha certificado que sigue "minuto a minuto" la mesa de negociación. "Sólo" en ella, señala, es "donde se pueden sustanciar los acuerdos", tras lo que apela a "acordar" para "no seguir mareando la perdiz".
CAMBIO DE POSICIÓN
La Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) está esperando a que sea el Ministerio de Fomento el que cambie su posición y acepte continuar la negociación, ya que sus representantes "fueron los que la rompieron", ha afirmado su portavoz, Daniel Zamit.
El Comité Ejecutivo de USCA se reunirá el próximo jueves "con el fin de dar más a tiempo a Fomento" para que le llame de nuevo, ha reiterado Zamit. En caso de que el jueves se convoque la huelga, ésta podría empezar a partir del día 22 de agosto, para cumplir el plazo legal de diez días de preaviso.
Zamit ha incidido en que USCA no retirará la amenaza de huelga "porque ha sido la única manera de que AENA se sentara a la mesa para negociar después de estar mes y medio perdiendo el tiempo".Asimismo, ha insistido en que "mientras AENA esté sentada en la mesa de negociación no habrá ninguna huelga".
El portavoz de USCA ha asegurado que si los "avances" se trasladan a un "papel firmado" retirarían la posibilidad de los paros, algo que cree que no se producirá "porque AENA sólo quiere rubricar lo que contiene el real decreto de límites de actividad y descanso de los controladores", que entró ayer en vigor.
La secretaria de Estado de Transportes, Concepción Gutiérrez, pidió ayer a USCA que acepte las últimas propuestas de la mesa negociadora del convenio o fije el día y hora de la huelga, para poder determinar los servicios mínimos y garantizar la movilidad de los ciudadanos.