Barones socialistas ven imposible evitar una nueva convocatoria de elecciones generales

La decisión de algunos barones del PSOE, como la andaluza Susana Díaz, de rechazar la propuesta del secretario general, Pedro Sánchez, de retrasar el congreso socialista ha reavivado el debate en torno a su liderazgo al frente del partido y ha dividido en dos a las federaciones.

El Congreso de los Diputados se constituirá en 10 días, el 13 de enero, y se produce en plena batalla interna del PSOE. Pedro Sanchez debe formar grupo parlamentario, y el control sobre él es cuanto menos, incierto. De los 90 parlamentarios, 28 defienden los postulados de Sánchez, 15 aún no se han pronunciado y 47 no apoyarían las directrices del secretario general socialista. Pesos pesados del PSOE dan por segura la repetición de elecciones.

Es la única salida que contemplan. Gran parte de los barones territoriales socialistas, criticos con su líder, sopesan que lo mejor es una nueva cita con las urnas. Las opciones que tiene Pedro Sánchez de formar gobierno son complicadas, incluso, hay quienes señalan que imposibles.

Tras el no rotundo de pactar con el PP, las federaciones socialistas más potentes no ven factible un gobierno pentapartito, liderado por Sanchez y apoyado por partidos que puedan poner en marcha iniciativas secesionistas.

Ante esta situación, lo más probable son unas nuevas elecciones generales. Complicado formar gobierno y complicado mantener una misma postura dentro de la nueva bancada del grupo parlamentario socialista en el Congreso que surgirá el 13 de enero.

90 diputados del PSOE se sentarán en los escaños, 47 de ellos, más de la mitad, pertenecen a federaciones que exigen un congreso interno de forma inmediata, una postura que difiere de la de Sánchez, quien apuesta por un aplazamiento de ese cónclave. Estos parlamentarios en contra de las directrices de su líder son los 22 de Andalucía con Susana Diaz a la cabeza. Los 7 de la Comunidad Valenciana liderados por Ximo Puig, otros 7 de Castilla La Mancha, 5 de Extremadura, 4 de Canarias y los 2 de Asturias.

El presidente asturiano, Javier Fernández, uno de los referentes morales del PSOE, también ha plantado cara a Sánchez y ve preciso no postergar un congreso que considera necesario para rearmar al partido.

Castilla-La Mancha se situó en la misma línea durante el Comité Federal, si bien su presidente, Emiliano García-Page, al que se le considera alineado del lado de Díaz, se ha limitado por ahora a solicitar una nueva reunión del máximo órgano del partido para decidir la fecha del congreso.

En el caso de la Comunidad Valenciana, su presidente, Ximo Puig, defendió el pasado lunes que el cónclave tenga lugar "en el tiempo que le toca".

El miércoles precisó su postura, al ver razonable que fuera en primavera, aunque poco después matizó que "marzo es primavera", lo que supondría acercarse de nuevo a la tesis de Andalucía y Asturias. En un grupo intermedio, se sitúan Extremadura y Aragón, dos federaciones clave que pueden inclinar la balanza del lado de Sánchez o el de Díaz.

El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, tiene "dudas" respecto a cuándo es más conveniente celebrar el congreso y se limita a señalar que "entre febrero y mayo hay términos medios", al tiempo que opina que si hay nuevos comicios, "hoy por hoy" no aprecia motivo para que Sánchez no vuelva a ser candidato.

En Aragón, su presidente, Javier Lambán, que hasta ahora había mostrado siempre "lealtad" a Sánchez, ha virado su posición y ahora ve en Díaz la persona que puede enderezar el rumbo del partido, según apuntan a EFE fuentes socialistas.

Con la postura crítica de la diputada Susana Sumelzo, integrante de la dirección federal, el PSOE aragonés pide ser "respetuosos con los tiempos" a la hora de convocar el congreso, aunque admite que se está ante una situación "excepcional" y que es el Comité Federal el que tiene que estudiar si se busca una fecha distinta.

No obstante hay quienes sí apoyarían aplazar el Congreso tal y como desea Pedro Sánchez. En total 28 diputados. Los de la Comunidad de Madrid, Cataluña, Galicia, Pais Vasco, Murcia, Baleares y la Rioja. A la espera de que se pronuncien, otros 15 parlamentarios. Los de Castilla y León, Aragón, Cantabria y Navarra.

Las federaciones que están del lado de Sánchez son más numerosas, aunque con menos peso orgánico. Los barones de Cataluña, Madrid, País Vasco, Galicia, Baleares, Castilla y León, Murcia y La Rioja muestran fidelidad a Sánchez y ven justificado posponer el congreso.

Además, recuerdan, ante un posible intento de moverle la silla, que al secretario general ya no le eligen los aparatos, sino los militantes en primarias. "No es una decisión que tomen entre siete u ocho", recordó esta semana el líder del PSC, Miquel Iceta.

En Madrid, no obstante, el partido está partido en dos y el exsecretario del PSOE-M Tomás Gómez ha encabezado una rebelión para convocar el congreso en plazo y tratar de 'vengarse' de Sánchez para que sea sustituido.

En el sector crítico, también han cobrado fuerza voces que piden ya el congreso como Eduardo Madina o la corriente Izquierda Socialista.

Las dos federaciones que por ahora guardan silencio son Cantabria y Navarra, que prefieren no situarse en ningún bando hasta que sus direcciones aborden el asunto.

Todo ello, ha desembocado en una guerra interna entre Sánchez y Susana por el control del partido. Ambos miden estos días sus fuerzas contrareloj. La fecha del Congreso Federal, previsto en febrero, que elegirá al nuevo líder del partido es crucial en la batalla. Férraz quiere aplazarlo, Susana Díaz mantenerlo. Aunque la presidenta andaluza sopesa lo que supone dejar su cargo en la Junta andaluza por una aventura incierta.

La discusión sobre la fecha del congreso, suscitada a causa del mal resultado de las elecciones generales, ha sumergido al PSOE en la peor crisis desde que Sánchez tomó las riendas del partido en julio de 2014 tras ganar las primarias a Eduardo Madina. El pulso entre Sánchez y Díaz ha agravado un enfrentamiento entre dos bandos que está deteriorando la cohesión del partido.