Los vertidos de Madrid al Manzanares condicionan la calidad del Jarama y el Tajo, según la Confederación

  • El 83% de la población de la parte española de esta cuenca reside en Madrid
  • El Estado mejorará las depuradoras de La China, Butarque y Sur
Vertido de la depuradora de La China en el río Manzanares
Vertido de la depuradora de La China en el río Manzanares |BUTARQUE.ES

La nueva planificación hidrológica del Tajo pone el acento en la depuración de los vertidos urbanos. El 83 % de la población de la parte española de la cuenca de este río reside en la provincia de Madrid, principalmente en su área metropolitana.

Esto, combinado con unos cauces receptores de escaso y variable caudal donde se vierten las aguas residuales depuradas, hace que el cumplimiento de los criterios establecidos por la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas no sea suficiente para lograr el buen estado de las masas de agua, afirma la Confederación Hidrográfica del Tajo.

Por ello, entre las medidas propuestas destacan la mejora del saneamiento y depuración asociado a las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de La China, Butarque y Sur, a ejecutar por la Administración General del Estado.

Los vertidos urbanos al río Manzanares condicionan la calidad de las aguas del río Jarama aguas abajo de la confluencia con el Manzanares y, en menor medida, de las aguas del Tajo en su tramo medio

Estas depuradoras tratan una parte muy importante de los vertidos urbanos al río Manzanares, condicionando la calidad de las aguas del río Jarama aguas abajo de la confluencia con el Manzanares y, en menor medida, de las aguas del Tajo en su tramo medio. El programa de medidas refleja una inversión al respecto de 898,6 millones de euros.

Además de las inversiones para actuaciones específicas, el programa de medidas incluye 13,5 millones de euros para subvenciones del Plan de Saneamiento y Depuración en aglomeraciones menores de 5.000 habitantes-equivalentes, integrado dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

El Plan establece también los caudales ecológicos de los ríos y embalses, la cantidad mínima de agua que han de contener para garantizar los ecosistemas de sus entornos y cursos.