¡Prohibido orinar en la calle! es algo que parece lógico pero que en Lavapies no lo es.
El problema ha llegado a tal punto que los propios vecinos han colocado unas señales sobre todo en calles estrechas.
Un olor insoportable que combaten como pueden y que es un problema también para los niños y para los comerciantes.
Lo peor ocurre durante los fines de semana. Los vecinos cansados hacen un llamamiento al civismo.