El joven Pablo Estrada, que asistió a la fiesta de Halloween del Madrid Arena del pasado 1 de noviembre y trasladó a una de las víctimas mortales de la tragedia a la enfermería, ha declarado hoy que, en estas dependencias sanitarias, vio a dos chicas sin atender.
Así lo ha explicado Abdón Núñez, el abogado de la familia de Belén Langdon, una de las jóvenes fallecidas, tras la declaración durante tres horas de Pablo Estrada como testigo ante el titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid, Eduardo López-Palop, que investiga la muerte de cinco chicas en un tapón humano formado en uno de los pasillos de acceso a la pista central.
Es el tercer testigo que dice que va a la enfermería y que se encuentra con que la joven que está en la camilla no está siendo asistida y a quien le dicen que deje en el suelo a la niña que él lleva, sin que nadie se preocupe de tomarles el pulso o examinarlas, según Núñez, quien ha señalado que este testimonio refleja "el absoluto desastre" que fue el botiquín ese día.
Estrada se encontró en la enfermería a dos personas de más de 70 años, con traje, a las que no identificó como médicos, y a una tercera que le dijo que dejara a la chica en el suelo, pero ninguna de las dos víctimas fueron atendidas por nadie, ha precisado el letrado de la familia Langdon.
Al parecer, la joven de la camilla es Cristina Arce, mientras que la joven que traslada Pablo Estrada es Katia Esteban, aunque él solo la describe como una persona que tenía algo rojo en el pelo.
AVALANCHAS
El testigo ha relatado que, cuando se hallaba en el túnel donde se produjeron las avalanchas, la gente estaba tan apretada que él "tenía los pantalones chorreando como si saliera de una piscina del calor tan agobiante que había allí", ha apuntado Núñez.
Estrada colaboró con personal del servicio de orden para sacar a cuatro personas que estuvieron atrapadas en el tumulto, la mayoría de las cuales reaccionaban, aunque una de ellas fue rescatada en estado de semiinconsciencia, ha explicado José Crespo, el abogado de los doctores Simón y Carlos Viñals encargados de la asistencia médica del Madrid Arena.
Al ver que una de las jóvenes no reaccionaba, el testigo le practicó una reanimación cardiopulmonar, gracias a su preparación para prestar primeros auxilios, y ayudó a trasladarla a la enfermería.
Estrada ha asegurado que no solo hubo avalanchas en el túnel, sino también en la pista central, donde él mismo fue derribado al suelo por "un movimiento de gente bestial", lo que demuestra que la fiesta fue un "verdadero despropósito", ha afirmado Núñez.
El juez tiene previsto tomar mañana declaración en calidad de testigos a dos policías nacionales que estuvieron en el pabellón la noche de los hechos.