El Ayuntamiento de la capital y la Comunidad de Madrid reforzarán las medidas de vigilancia de la mosca negra en el río Manzanares, aunque han constatado que actualmente no existe una plaga de este insecto en la ciudad.
Técnicos de las Áreas de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad y Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid han mantenido hoy una reunión con profesionales de la Comunidad de Madrid para compartir y cruzar sus respectivos estudios ambientales.
Los técnicos de las dos Administraciones han determinado "normalidad" en las picaduras registradas.
No obstante, ambos equipos técnicos han acordado reforzar las medidas de vigilancia en el río Manzanares, a pesar de que la presencia de este tipo de insectos es frecuente en muchos ríos de España y no se consideran transmisores de agentes infecciosos o parasitarios peligrosos para el ser humano, según una nota del Consistorio madrileño.
Al tratarse de insectos picadores potencialmente molestos y problemáticos, aunque no son peligrosos, el Ayuntamiento y la Comunidad han acordado adoptar medidas de prevención, vigilancia y, en su caso, control directo.
REFUERZO DE LA VIGILANCIA AMBIENTAL
Este tipo de actuaciones ya se aplican en diversos ríos de la Comunidad de Madrid desde hace varios años, así como también en el río Manzanares.
Asimismo, se ha acordado revisar y reforzar las actuaciones previstas de vigilancia ambiental (monitoreo) y de tratamiento del río Manzanares en relación a este insecto.
En la reunión, el Ayuntamiento de Madrid ha destacado la inocuidad de los tratamientos biocidas larvicidas y adulticidas que se realizan en las zonas de arbolado y en las riberas del río Manzanares.
La presencia de mosca negra -un díptero del género 'Simulium', semejante a una mosca diminuta, de tres a cinco milímetros- es frecuente como parte de la biodiversidad de los ríos de España y otros países.
Dado que se trata de insectos con una notable capacidad de producir picaduras molestas, se ponen en marcha programas específicos de vigilancia (monitoreo) y de control ambiental y tratamiento de esas poblaciones.
En la reunión, también se señalado que la presencia de la mosca negra en los cauces de los ríos depende de muchas variables y no está relacionada con los problemas de contaminación.
Las larvas de estas moscas, que se generan en fase acuática, necesitan que el agua del río se encuentre en buenas condiciones ambientales y con abundancia de vegetación propia, según los técnicos.
También se ha acordado "reforzar" los canales de comunicación entre los vecinos y la administración local, para que puedan comunicar y solicitar en su caso, ayuda frente a eventuales incidencias o problemas.