La crisis también está pasando factura a los mercadillos ambulantes. A veces, lo que sacan no llega ni para cubrir gastos, porque de un solo puesto intentan vivir hasta 4 o 5 familias. En los últimos dos años sus negocios han recibido directamente el azote de la crisis, porque la economía de su clientela también se ha visto muy perjudicada.