Teresa Romero sigue en el hospital Carlos III, pero la polémica está fuera. El colegio de MÉdicos y la Asociación de Médicos y Titulados superiores apoyan a la doctora que la atendió en un centro de salud de Alcorcón. Dicen que Teresa nunca le informó de haber estado en contacto con el ébola.
ENFERMEROS REPUDIADOS
Paralelamente, el presidente del Consejo General de Enfermería, Máximo González Jurado, ha denunciado hoy que enfermeros del Hospital Carlos III que han atendido a pacientes con ébola están siendo "repudiados" por sus compañeros y familiares, incluso por sus propios padres.
Así lo ha manifestado González Jurado en rueda de prensa para informar de las conclusiones de la Cumbre Mundial Enfermería ante el ébola, que se ha clausurado hoy en Madrid, y en la que estos profesionales sanitarios han expuesto sus experiencias, muchas de ellas "desgarradoras".
Según González Jurado, algunos de los enfermeros han contado que "ni sus propios padres quieren que vayan a sus domicilios" y también han narrado que sus compañeros se alejaban de ellos en los vestuarios.
Ese repudio, ha dicho, no se produce en casos aislados, sino que es generalizado, según se desprende de los testimonios de doce enfermeros que han atendido a pacientes con ébola en el Carlos III. "Todos ellos han sufrido el rechazo" tanto en el entorno laboral como familiar.
"Es terrible la estigmatización", ha denunciado el presidente de los enfermeros, que lo ha achacado al desconocimiento y a la falta de información suficiente.
LOS ENFERMEROS PIDEN QUE LOS MÉDICOS QUE HAN REVELADO DATOS DE ROMERO DEJEN LA PROFESIÓN
El presidente del Consejo General de Enfermería ha considerado que los médicos que han atendido a Teresa Romero y que han revelado información de la auxiliar de enfermería deberían abandonar la profesión. González Jurado ha subrayado que la información que ofrece un paciente a un médico es reservada y no se puede hacer pública salvo en sede judicial.
González Jurado se ha referido a las declaraciones efectuadas ayer por una doctora del Carlos III, cuyo nombre no ha desvelado, en las que, según ha contado, dijo que Teresa Romero no puede desmentir que se tocó la cara con un guante porque está grabado. "
Lo importante es que ayer una médico del Carlos III vulneró los derechos de esta paciente", ha destacado González Jurado, quien ha considerado que esta profesional debería "dejar la profesión" porque "ha vulnerado lo más sagrado" que tiene un enfermo: su privacidad.
Además, se ha preguntado si la grabación que mencionó la doctora estaba autorizada por Teresa Romero o por un juez. "La profesión se siente atacada, en primera línea de batalla, pero con cartuchos de fogueo y eso es muy duro", ha recalcado el presidente de los enfermeros.