El propietario de una joyería en el centro de Madrid evitó hoy el atraco de su comercio tras enfrentarse a un hombre que este lunes "entró en la tienda a las 10 de la mañana" y le amenazó con un "arma falsa", en un primer momento, y después con una porra, y con quien tras un forcejeo resultó herido, pero logró evitar el robo.
En declaraciones a Europa Press Televisión, Pedro, el propietario del comercio, relató que poco después de levantar el cierre accedió al negocio un hombre que sacó "un arma que afortunadamente era falsa", para después amenazarle con un porra para intentar llevarle "al sótano del local, donde están las cajas fuertes".
Pero antes de que el ladrón obligara a Pedro a descender al sótano, se enfrentó al atracador y comenzaron un forcejeo, que aunque provocó heridas leves al comerciante sirvió para disuadir al ladrón, quien "salió huyendo", sin que lograra llevarse nada de valor, apuntó Pedro.
Aunque la tienda se encontraba revuelta, fruto de la pelea entre dueño y atracador, y la zona del escaparate había sufrido importantes desperfectos, en una primera valoración realizada por Pedro, no parece que al ladrón le "haya dado tiempo a robar nada".
El comerciante, que resultó herido en la pelea, tuvo que ser atendido de un golpe que le propinó el ladrón por los servicios sanitarios que acudieron al lugar de los hechos. Pedro presentaba un fuerte golpe en la cabeza, por lo que realizaron una primera atención y le pusieron una venda alrededor de la cabeza.
Según explicó el propietario de la joyería ya había visto con anterioridad al atracador, pues en alguna ocasión había entrado al comercio haciéndose pasar por un cliente. Además, esta no es la primera ocasión en que este establecimiento es atracado.
"Ya hemos tenido otros atracos he intentos de butrón, y este ha sido el de los menos malas", aseguró el dueño. "Es algo que no me pilla de sorpresa porque en este gremio es el día a día. Hoy tuve suerte, pues otros joyeros han acabado peor", confesó.
Mientras, en el barrio tanto vecinos como comerciantes se mostraron alarmados por lo ocurrido en la joyería. Así, Marta, empleada en un comercio de la zona, confesó sentirse "con mal cuerpo" tras lo sucedido en el establecimiento de Pedro, a quien conoce desde hace tres años, los que ella lleva como dependienta en el barrio.