Un informe revela que el descuartizador de Majadahonda padece esquizofrenia

  • Será juzgado por un Jurado Popular por dos delitos de asesinato

Un informe psicológico solicitado por el juez afirma que el presunto descuartizador de Majadahonda Bruno H.V. padece un trastorno psicótico diagnosticado de "esquizofrenia paranoide", por el que ha sido internado en varias ocasiones, la última de ellas en diciembre de 2014. "El trastorno psicótico que hemos diagnosticado impregna toda su vida y distorsiona completamente el enfoque adecuado de la realidad en la que vive", señala el documento, al que ha tenido acceso Efe.

Fue el titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Majadahonda quien solicitó la realización de "un informe de imputabilidad" a Bruno, de 32 años, elaborado por dos especialistas en psiquiatría.

Su importancia va más allá de fijar el estado psicológico del presunto asesino de Adriana Giogiosa y Liria Hernández, sino que podría determinar la aplicación de atenuantes o incluso eximentes en caso de una sentencia condenatoria.

Al respecto, el informe señala que "sus capacidades estarían anuladas si los hechos, en los que niega su participación, hubieran estado condicionados por su delirio".

En otro supuesto, añaden los especialistas, "no descartamos que hubieran podido hallarse gravemente comprometidas a tenor de los comentarios que nos ha manifestado el padre, la madre y la novia del informado que observaron cambios conductuales significativos con anterioridad a los hechos denunciados".

Y manifiestan que a todo ello hay que añadir "la ausencia de adherencia terapéutica y el abandono de la medicación", casi siempre presente tras el alta de los ingresos hospitalarios, "que orientan hacia la ausencia de conciencia de enfermedad" por parte de Bruno.

La sintomatología del detenido viene dada por la "presencia de comportamientos estereotipados y un delirio asentado, polimorfo, continuado en el tiempo y sistematizado de contenido conspiranoico, gubernamental, tecnológico, futurista acerca del nuevo orden mundial, los poderes fácticos secretos y proyectos tecnológicos secretos".

Todo ello, continúa el informe, "en el contexto de su pertenencia a una hermandad que denomina ER" en la que se encontrarían implicadas el papa Benedicto XVI y Escribá de Balaguer y donde Bruno "desempeñaría funciones altamente secretas de las que no puede desvelar su contenido".

De hecho, el informe recoge las siguientes palabras del detenido: "Coopero con el gobierno americano, yo coopero. Tengo que cooperar siempre y eternamente. Siempre coopero. I am ER, i can".

En otro momento, relacionado con uno de sus ingresos hospitalarios por esquizofrenia llega a decir: "Tenía miedo y me paralicé..de algo que descubrí en Inglaterra, que no conté a los médicos y que prefiero no comentar porque no me van a creer. Tiene que ver con hermandad".

INGRESADO EN CUATRO OCASIONES EN UN CENTRO PSIQUIÁTRICO

Hasta en cuatro ocasiones ha sido ingresado en un centro psiquiátrico, la primera de ellas en septiembre de 2012 y la última en noviembre de 2014.

Ahora bien, el texto indica que el presunto descuartizador ha rechazado en todo momento hablar de los hechos que se juzgan, y tampoco ha referido ideación delirante que pueda conectarse con los dos asesinatos. "Me acusan de la desaparición de dos personas. Yo coopero con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, pondrían pruebas falsas para atraerme al Ministerio del Interior de Navalcarnero (prisión en la que está encarcelado). Voy a intentar ponerme en contacto con personas de la hermandad para ver si deciden que permanezca en el Ministerio del Interior o si me quieren ayudar", dice el acusado.

El informe recoge también las entrevistas realizadas a su padre que afirma que su hijo estaba en los últimos cuatro años "desquiciado, como un zombi" y que "se duchaba 8-10 veces al día".

Y a su madre que asegura que su hijo "se obsesiona con los chinos, dice que le pueden matar, tiene miedos". También su pareja manifiesta que "Bruno no es consciente de donde vive y quien es".

Bruno H.V., está en prisión desde su detención el 7 de abril de 2015 en relación con la desaparición de su inquilina Adriana Giogiosa, argentina de 55 años, sobre la que se sospecha que fue asesinada y descuartizada en una casa de Majadahonda.

También se indaga si Bruno tiene algo que ver con la desaparición de su tía Liria, de la que no se sabe el paradero desde 2011 y quien supuestamente cedió a su sobrino el usufructo del piso de Majadahonda para que lo alquilase.

La Guardia Civil busca desde abril en el vertedero de Pinto los restos de las dos supuestas víctimas.