La ausencia de riesgo sobre la pasarela ha sido hoy la nota dominante en la pasarela madrileña. Líneas rectas, depuradas y referencias a mujeres que han marcado una época fijan en la retina diseños que apuestan sobre seguro en un mercado, que como el de la moda, resulta muy cambiante.
Asegurar las ventas cuando la crisis aún acecha a una industria en la que no todos pueden sobrevivir parece que ha sido la máxima.
Amaya Azuaga ha coincidido con Teresa Helbig en mostrar diseños con líneas abiertas en el costado y espaldas al aire.
Mientras que Andrés Sardá y Miguel Palacio han reflejado su particular visión del universo planetario, Devota&Lomba y Ángel Schlesser han apostado por líneas rectas y depuradas, no exentas de movimiento.
El desfile de Teresa Helbig ha despejado el sopor de la siesta en la jornada vespertina de Madrid Fashion Week al arrancar los primeros aplausos espontáneos del día.
Una colección con marcado acento setentero, donde diseños ligeros, con escotes en "V", mangas abullonadas y marcadas cintura han volado sutilmente sobre la pasarela.
Con un trabajo artesanal, la diseñadora barcelonesa se concentra en el blanco y en el negro y con puntilla, malla de metal, crepe de seda y costuras deflecadas para trasladar el espíritu de los 70 a sus creaciones.
Una combinación de vestidos mini, largos para la noche y "shorts" que complementa con botas y botines imagina una visión renovada al más puro estilo de Jane Birkin.
La vitalista colección con claros aires hippies contiene atractivos modelos en "denim" como un fabuloso vestido largo con volantes.
Más clásica se torna la serie de prendas con detalles metálicos dorados y anclas, ideados para jornadas marineras.
Coronas de flores doradas, cinturones y brazaletes diseñados por Helbig aderezan una colección en la que también han estado presentes chaquetas de esmoquin y vestidos túnicas de reminiscencias mexicanas.
Helbig ha cedido el testigo a Miguel Palacio, que ha presentado una nueva colección para Hoss Intropia donde las líneas rectas han sido el eje central y en la que han predominado los vestidos y monos.
Diseños que tienen en las estrellas su fuente de inspiración, representadas con formas geométricas y multicolores. El diseñador ha plasmado esta idea en sedas, algodones elásticos, crepe de la china y satenes rematados en lurex.
Más especial ha resultado un tejido tecnológico troquelado, con el que ha cosido faldas y chaquetas en rosas, dorado y azul.
El tono verde jade lo ha reservado para otras piezas que ha adornado con pespuntes metalizados y sutiles drapeados que aportaban una dosis de luminosidad.
Angel Schlesser ha clausurado la jornada con una colección elegante, de tonos neutros y líneas depuradas, en definitiva prendas clásicas con muy buen gusto, que se convierten en básicos.
Volúmenes suaves no exentos de movimiento, líneas depuradas son los patrones que ha seguido el diseñador para crear prendas muy ponibles, estampados en pitón, flores y cuadros "vichy".
Schlesser pone la rodilla como largo tope para sus faldas. Para la noche opta por un vestir mas "casual", en el que tiene cabida pantalones de corte pijama y monos palabra de honor.
El blanco ha sido el color dominante, pero no ha estado solo, el verde menta, el azul zafiro y el gris lo han acompañado a lo largo de la colección.
Por la mañana, Andrés Sardá nos ha trasladado al universo retrofuturista de Barbarella. La firma ha trasladado el futuro al presente más inmediato para una mujer "curiosa, inquieta e intrépida", ha explicado Nuria Sardá su creadora.
Sin embargo, Amaya Arzuaga ha presentado diseños de líneas asimétricas, espalda descubierta, superposiciones y sutiles acabados que provocan el movimiento acompasado de las prendas.
La obra del artista Max Bill ha sido la inspiración de esta colección "de grandes aperturas y vaciados en la espalda y los laterales".
Blusas pañuelo, faldas con volumen y amplios vestidos en mikado de seda, lino, gazar o punto de viscosa en los que el negro, el blanco y el gris dejan un mínimo hueco al naranja, el coral y el buganvilla.
A última hora de la mañana, Devota&Lomba, subió a la pasarela una colección exclusivamente para la mujer con patrones limpios sin apenas estridencias que adquirían movimiento con pinzas fuera de lugar, pliegues, volantes y frunces sobre todo las blusas y los vestidos
Los tonos recuerdan el árido paisaje castellano cuando termina el verano, según Modesto Lomba. Aunque el blanco ha sido el color principal, pinceladas de mostaza, verde oliva y azul realzaban las propuestas.
A pesar de que la empresa de Modesto&Lomba no pasa por su mejor momento, el diseñador, que se muestra ilusionado, no ha querido faltar a la cita madrileña.