La Policía ha detenido a tres personas en la calle O'Donnell de Madrid acusados de ejercer acciones de "intimidación" al menos sobre un repartidor de prensa, colectivo que se encuentra en huelga desde el pasado jueves.
La Jefatura Superior de Policía ha informado hoy de que estas tres personas, arrestadas en la madrugada del sábado, han pasado a disposición judicial.
Los repartidores de prensa de la empresa Boyacá en la Comunidad Madrid, que han parado hoy por tercer día consecutivo, denuncian que después de un año de negociación por sus condiciones laborales la empresa les quiere imponer unas "condiciones precarias" y la salida de 130 de los 240 trabajadores actuales.
En un comunicado publicado hoy en la red social Twitter, los repartidores -adscritos a la firma DIMA, de Boyacá- contestan a un comunicado publicado a su vez por la empresa en el que esta asegura que "no puede permitirse" que los trabajadores en huelga "pretendan negociar con amenazas, coacciones y métodos violentos para mantener sus privilegios y prebendas".
Según Boyacá, los contratos vigentes, que vencen el 30 de agosto próximo y cuyo término ha sido avisado con seis meses de anticipación, tienen unas condiciones "privilegiadas y fuera de mercado", con "acumulación de prebendas y derechos que, a la fecha, no son acordes al manifiesto declive del sector de la prensa y revistas en papel que lleva más de diez años con caídas de ventas continuadas".
La empresa denuncia que este sábado los transportistas dejaron de prestar el servicio, retuvieron la mercancía e "impidieron de forma violenta, y con amenazas y coacciones" que se realizase el reparto con otros medios.
Boyacá dice además que ante los hechos acontecidos solicitará el auxilio judicial para poder realizar el servicio este lunes "con escolta policial".
Los trabajadores, por su parte, contestan al comunicado de Boyacá con un mensaje en Twitter en el que aluden a las "mentiras, chantajes y amenazas" de la empresa.
Según los repartidores, la empresa les quiere imponer condiciones precarias "abusando de su posición en el sector", y destacan que "el punto que hace imposible la negociación es la línea roja que han impuesto de despedir a 130 personas".
Los trabajadores aseguran que este viernes fueron desalojados de las instalaciones de la empresa por la policía, con nueve vehículos antidisturbios que entraron al recinto.