El cierre del centro de Madrid al tráfico sigue provocando reacciones. Además ese mapa va a más: El Ayuntamiento quiere restringir los coches no solo en Palacio y Sol, también Chueca y Malasaña. Los comerciantes de esas zonas no lo ven nada claro...
Lo anunció Ana Botella, el pasado mes de junio, en el debate sobre el estado de la ciudad, a pesar de que justo el día anterior, su gobierno había aprobado un documento que no lo recomienda.
El Plan de Movilidad Sostenible, advierte de que en los barrios en los que ya se ha restringido el tráfico el sistema de regulación de accesos es complejo y con un coste notable de inversión y explotación, por lo que se trata de un modelo dificilmente exportable al cien por cien a otras zonas de la ciudad. También dice que la limitación del periodo de carga y descarga supone un inconveniente para la distribución de mercancías.
Tres meses después, la alcaldesa reconoce que, a partir de enero cerrará al tráfico privado las calles comprendidas entre Gran Vía, el Palacio Real, las rondas y el paseo del Prado.
En las zonas afectadas, comerciantes y vecinos, no lo ven claro. El cierre del centro al tráfico privado, que en mayo se extenderá hasta los bulevares, exigiriía un refuerzo del transporte público, que hasta ahora no se ha planteado.