José María P.S., acusado de matar hace un año a un anciano de un puñetazo en un paso de peatones de Torrejón de Ardoz, ha manifestado en el juicio que sólo le golpeó después de que éste le llamara "gitano de mierda" en el transcurso de un encontronazo que tuvieron en un paso de peatones como consecuencia de ir a demasiada velocidad.
"Iba bastante rápido y nervioso porque mi madre se encontraba mal", ha relatado el joven ante el Jurado Popular que juzga los hechos ocurridos el 23 de mayo de 2017. El chico, de 20 años, se enfrenta a una petición fiscal de 12 años de cárcel por un delito de homicidio doloso, pena que la familia del anciano eleva a 22 años de prisión al añadir la agravante de abuso de superioridad. Ramón, como se llamaba la víctima, tenía 81 años y cuidaba de su mujer, enferma de alzheimer.
La defensa del acusado solicita que se califiquen los hechos como un delito de homicidio imprudente, ya que su cliente empujó al hombre cayendo éste de forma accidental. En contra opina el fiscal, que ha afirmado en su alegato inicial que el acusado le propinó tal golpe que le desnucó. El anciano murió una hora después.
Los hechos serán juzgados por un tribunal de jurado que a lo largo de la vista deberán valorar las pruebas y determinar si el joven era consciente del peligro que entrañaba el hecho de golpear a un anciano o, de lo contrario, si fue una imprudencia resultando la muerte accidental. Según el relato del acusado, se encontraba en un polígono recogiendo a una acompañante, que luego ha identificado como a una prostituta, y un familiar que se encontró le comentó que su madre estaba mala. Tras ello, decidió dirigirse a su casa, donde vivía junto a sus padres y su mujer, que había dado a luz a su hija hace unos 40 días.
"Estaba preocupado e iba bastante rápido. Tuve que frenar para no atropellar al hombre, que entonces me lo recriminó. Me dio un golpe en el capó", ha narrado el procesado, quien ha especificado que la víctima era un anciano de estatura media. Tras ello, le comentó que por favor le dejara que se tenía que ir.
"Me dijo que se cagaba en mis muertos y que era un gitano de mierda. Fue un acto reflejo y le aparté el bastón. Se cayó de espaldas y se golpeó la cabeza. Yo me empecé a agobiar por toda la situación y me fui cuando vino la ambulancia. No pensé que se habría muerto", ha manifestado. Tras ello, se fue su casa y se fumó un cigarro. Más tarde, se entregó voluntariamente a la Policía.