Víctima de violencia de género, discapacitada, Covid, madre de dos hijas y con sólo 400 euros al mes
Teresa, enferma crónica, sin trabajo, vecina de Usera pelea para que se le reconozca su situación
P.O.
Teresa vive en Usera, en una casa modesta junto con sus dos hijas. Ninguna de ellas trabaja. Teresa tiene una discapacidad, la hija mayor prepara oposiciones y la pequeña es una menor. Sus ingresos se reducen a 400 euros al mes.
La vida de Teresa no ha sido fácil. Dos relaciones de pareja y las dos acabaron mal. Dos casos de violencia de género con situaciones de acoso, alejamiento y vigilancia policial. Su salud tampoco la ayudado. VIH, Hepatitis C (superada al día de hoy), espondilitis anquilosante y secuelas respiratorias y neurológicas de la Covid.
En total 15 pastillas diarias para poderse poner en marcha cada día. Eso sí, cuando se pone en marcha, a veces, cuesta detenerla. "Si me paro, ya no me levanto", cuenta a Telemadrid.es. Ese impulso es el que la lleva a no darse por vencida y pelear por lo que cree suyo.
Por sus hijas. Para conseguir el dinero necesario para que la mayor prosiga su preparación tras acabar Derecho y proseguir sus estudios judiciales. Para conseguir la patria potestad de la hija menor y no seguir dependiendo de su última pareja en algunos trámites o situaciones familiares.
Para que se reconozca su grado de discapacidad definitivamente. Y para que el prometido Ingreso Mínimo Vital (IMV) de esta madre de familia monoparental, con estas dolencias y situaciones no sea de 103,74 euros al mes.
El IMV
En junio de 2020 pidió el IMV y se lo denegaron. Volvió a pedirlo en enero de 2021 y tras un cruce de peticiones de justificantes y reclamaciones llegó la resolución el 4 de agosto. Concedida. La cuantía 103,74 euros. Demoledor para Teresa que además vio como por el camino fueron desapareciendo otras ayudas "por incompatibilidad".
Ella ha vuelto a reclamar pero sabe que tardarán mucho y el dinero seguirá siendo el mismo. "Incumplen su propia ley, vulneran derechos fundamentales, alargan las respuestas más allá del plazo legal porque no tienen un duro", afirma desesperada.
Teresa no ha superado las secuelas psicológicas del maltrato doméstico. Sí la Hepatitis C. No el VIH. La espondilitis la agarrota y le produce. fuertes dolores Ahora le han diagnosticado una estenosis del canal medular en varias vertebras.
De médico en médico. Así se ha pasado buena parte de su vida. Se le reconoció un 48% de discapacidad indefinida, pero en una revisión se dictaminó un 49% de discapacidad provisional "por preverse mejoría". "¿Qué mejoría puedo esperar?", se pregunta Teresa que cree que en el juicio clínico han debido pesar otros criterios distintos de los médicos, porque dice "no he pasado por un examen forense". Y por su puesto ha recurrido esta decisión.
También se contagió de coronavirus y, como a muchas personas, han quedado secuelas en su maltrecho organismo. Problemas respiratorios y neurológicos.
Teresa, coge aire y llena sus pulmones. Se levanta y sale a la calle. Tiene cita con su abogada, también tendrá que acudir a varias ventanillas. Las 15 pastillas ayudan a llevar el dolor y el agarrotamiento. Pero lo que de verdad la impulsa son sus hijas y su voluntad de que se reconozca su situación, se valore completamente y pueda entrar en su casa algo más que 400 euros todos los meses.