¡Toca pedir deseos! Llega la noche mágica de las Perseidas a Madrid
Prepara la manta, un picnic y apaga el móvil: te contamos dónde ver estrellas fugaces sin que te pille el tráfico ni el farol del barrio
Llega una de esas noches mágicas del verano en la que está socialmente aceptado tumbarse en el suelo, mirar al cielo durante horas y pedir deseos como si no hubiera un mañana.
Sí, hablamos de las Perseidas, también conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo, que alcanzan su máximo esplendor esta noche.
Eso sí, la Luna en fase menguante tiene otros planes.... Según los expertos del Planetario de Madrid, este 2025 no será el mejor año para ver hasta el último meteoro, pero con un poco de maña (y huyendo de la farola más cercana), aún puedes ver hasta 50 estrellas fugaces por hora.
Cómo no fastidiar tu noche estelar
- Aléjate del centro y busca cielos oscuros. Cuanto más lejos de las luces de la ciudad, mejor.
- No uses telescopio. Esto no va de mirar con lupa, sino de abarcar el mayor trozo de cielo posible.
- Evita mirar el móvil. Tu vista necesita adaptarse a la oscuridad, y ese WhatsApp puede esperar.
- Llévate algo cómodo para tumbarte (colchón hinchable, mantita, tumbona… lo que te dé la vida).
- Y por supuesto: bocata, bebida, y buena compañía, que todo mejora con amigos (o sin ellos, si eres de los que prefieren el silencio cósmico).
¿Dónde verlas sin irte tan lejos?
Si no quieres salir de Madrid capital, el Mirador Estelar del Parque de La Gavia, en el Ensanche de Vallecas, es tu mejor opción.
Está en lo alto de una colina, no hace falta entrada, ni reserva, ni GPS cuántico para llegar. Además, tiene paneles explicativos, planisferio giratorio y bancos con nombres de constelaciones. Sí, hasta Aries y Leo tienen su sitio allí.
Pero si quieres ir más allá (literalmente), puedes poner rumbo a alguno de los seis Miradores Estelares de la Mancomunidad del Embalse de El Atazar. Están en:
- El Berrueco
- Cervera de Buitrago
- Patones
- Puentes Viejas
- Robledillo de la Jara
- El Atazar
Y por si te lo preguntabas…
Las Perseidas no son magia ni polvo de hadas: son restos del cometa Swift-Tuttle que viajan a más de 210.000 km/h, rozan la atmósfera, se incendian y crean esos destellos increíbles que llamamos estrellas fugaces. A veces, si el fragmento es grandecito, verás un bólido, un flashazo que te deja con la boca abierta (y el deseo en pausa).
Así que ya sabes: esta noche no hace falta Netflix. Solo un buen sitio, paciencia y ganas de mirar hacia arriba. Porque sí, siguen pasando cosas bonitas por el cielo… aunque la Luna se empeñe en robarles foco.
No importa si ves una, diez o cincuenta estrellas fugaces: lo que importa es que, por un rato, te conectes con el cielo, con los sueños que aún no has pedido y con los que ya estás cumpliendo sin darte cuenta.
Y esta noche, el universo te regala uno de sus mejores espectáculos. Solo tienes que mirar.
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