El Tribunal Supremo ha solicitado al Ayuntamiento de Madrid la instalación de un vallado permanente que sustituya al provisional que se instaló frente a su fachada unos días antes de que comenzara el juicio del proceso independentista catalán, hace ya más de un año.
Como medida de seguridad y ante la previsible expectación que generaba la vista oral que juzgó a 12 exdirigentes catalanes, se instalaron vallas metálicas móviles frente a la fachada principal del alto tribunal.
Se trataba de mantener una distancia de seguridad con respecto a la entrada y asegurar que los medios de comunicación, curiosos que se acercaran a la zona o manifestantes que protestaran por el juicio no se agolparan muy cerca de las puertas.
Más de un año después de la colocación de esos elementos urbanos --el juicio comenzó el 12 de febrero de 2019-- y a pesar de que la vista oral terminó hace ya más de ocho meses, las mismas vallas, de color amarillo, continúan allí.
Esas vallas separan la zona ajardinada de la Plaza de la Villa de París, donde se ubican tanto el tribunal como la Audiencia Nacional, y la pavimentada en la que está situada la entrada y suelen parar los coches de los magistrados cuando llegan a trabajar al Supremo.
Un vallado ornamental
Ahora, la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo ha decidido, en un acuerdo del pasado 18 de febrero, solicitar al director general de Gestión del Agua y Zonas Verdes del Ayuntamiento de Madrid, Francisco Muñoz García, un cambio en el vallado de protección con la colocación de una barrera fija.
Fuentes del alto tribunal han precisado a Europa Press que la idea es que las vallas móviles amarillas se sustituyan por un cercado fijo y ornamental de color negro, similar al que ya existe en otras zonas de la Plaza de la Villa de París.