El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidirá este domingo a las 12,00 horas una misa solemne con motivo de la celebración del centenario de la inauguración del actual templo neomudéjar de La Paloma, en Madrid, en la que estuvieron presentes los Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Al acto asistirán, entre otras autoridades, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.
Además, como preparación a esta Eucaristía se ha organizado un ciclo de conferencias abierto al público que se celebrarán desde este miércoles hasta el viernes y en las que intervendrán el profesor de Liturgia de la Universidad de San Dámaso (Madrid), Manuel González López-Corps, el profesor de Mariología de la misma universidad, Angel Castaño Félix, el responsable de informativos de la Cadena COPE, Angel del Río, y el historiador y periodista, Armando Puente Olabarriaga.
Según han indicado responsables del templo, la advocación a la Virgen de La Paloma data del año 1787, cuando una vecina de la calle Paloma, Isabel Tintero, inició el culto a la Virgen ante el lienzo singular de Nuestra Señora de la Soledad en el portal de su casa.
El lienzo lo habían encontrado unos chicos que jugaban en un corral cercano, y esta madrileña se lo compró por un puñado de reales, lo limpió y empezó a rezarle. Su fama milagrosa pronto se extendió por todo Madrid y numerosos enfermos, sobre todo niños, se curaban gracias a su intercesión. De hecho, la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, acudió al portal de la calle de La Paloma con su hijo Fernando de 8 años --más tarde, Fernando VII, rey de España--, gravemente enfermo de escorbuto.
El niño sanó y, desde entonces, la Casa Real ha mantenido viva su devoción a la Virgen de la Paloma. Así, María de las Mercedes, madre del actual rey, Don Juan Carlos, continuó acudiendo a venerarla cada 15 de agosto, hasta su muerte. Era tal la afluencia de fieles a la angosta calle, que Isabel Tintero se decidió a levantar una capilla dedicada a la Virgen, que se empezó a edificar en 1792.
Casi un siglo después, en 1891, se elevó a la categoría de Parroquia y el 23 de marzo de 1912 se inauguró el actual templo neomudéjar. Actualmente, cada 15 de agosto, festividad de la Virgen de la Paloma, más de un millón de personas acuden a rezar y a besar el cuadro, que descuelgan los bomberos madrileños.