Al son de músicas del mundo, por primera vez sin camellos y precedidos por un gran número de ciclistas, los Reyes Magos de Oriente han recorrido hoy las calles de Madrid en una cabalgata que preludia una larga noche de trabajo y a la que han asistido miles y miles de niños y sus familias.
La comitiva real ha salido a las 18.30 horas de esta tarde desde la zona de Nuevos Ministerios de Madrid en dirección a la plaza de Cibeles en un gran desfile con 33 carrozas ambientado en el viaje mágico por los cinco continentes que sus majestades han realizado desde tierras lejanas para alcanzar la capital española.
Un pelotón fugaz de 300 ciclistas formado por niños, adultos, agentes de movilidad y policías municipales ha abierto este año el desfile madrileño, repleto de batucadas y bailes como el protagonizado por 30 personas que formaban palabras con una sopa de letras de globos de luz.
Los caballos sobre los que montaban agentes de policía han sido los únicos animales que han participado en el desfile, que no ha tenido ocas ni tampoco camellos, pues, aconsejados por la alcaldesa, Manuela Carmena (Ahora Madrid), esta vez Sus Majestades han optado por dejar a sus animales en Oriente y ayudarse de triciclos para repartir los regalos.
Tampoco en esta ocasión Melchor, Gaspar y Baltasar han guardado ningún parecido con concejales madrileños, como sucedía hasta el año pasado, y Baltasar ha sido interpretado por primera vez por una persona de raza negra.
En este desfile que representaba el viaje de Sus Majestades por el mundo han participado la Policía Municipal y los Bomberos, que han soltado miles de globos en su recorrido, y también ha regresado a las calles de Madrid un autobús de la Empresa Municipal de Transportes que realizaba en los años 70 el recorrido de la línea 27 y que ahora se encuentra en un museo.
Tras esta representación local, llegaban a Madrid aires del lejano oriente con un gran elefante de papel y un dragón gigante, un oso polar venido del ártico, bailarines venidos de África y hasta una carroza del espacio exterior de la mano de Star Wars.
Por detrás de las vallas de protección, miles de niños han vitoreado a los tres Reyes Magos, con especial fervor cuando se acercaba la carroza de sus favoritos y les recordaban lo bien que se han portado este año y lo mucho que merecen sus regalos.
"¡Este año me he portado muy bien!", exclamaba Mateo, de 7 años, ante lo que su madre matizaba: "Ya será menos".
Melchor ha llegado a Madrid envuelto en oro y con un 'atrezzo' inspirado en la astronomía y por ello ha lanzado confeti de color dorado, mientras que Gaspar ha venido en una carroza azul inspirada en la alquimia y el agua, y Baltasar ha acudido envuelto en los colores rosa y verde que simbolizan la Tierra y la botánica y con una comitiva que ha recordado la necesidad de cuidar el medio ambiente.
Desde el balcón del Ayuntamiento, Melchor, el más anciano de los magos, ha relatado a los niños cómo en su viaje anual por el mundo siempre les sorprende "algo aún desconocido" y cómo en más de una ocasión se han perdido por seguir algún riachuelo o por tomar un camino equivocado, aunque siempre han logrado regresar al camino.
"Seguimos la estrella que nos marca el nacimiento de un niño, la esperanza del futuro que sois vosotros. Venimos año tras año a alimentar vuestros deseos y vuestra ilusión con nuestros regalos y con nuestra magia, pues ese futuro es un tesoro infinitamente más valioso que cualquiera de nuestros presentes", les ha dicho Melchor a los niños.
Y a los adultos, el anciano rey les ha advertido de que en sus viajes han visto "glaciares derritiéndose y ríos agonizando y, sobre todo, multitud de niños teniendo que huir de la guerra y de la pobreza", y les ha recordado que es una "obligación" seguir "la estrella" y cuidar la "promesa de un futuro mejor".
Melchor ha dado la palabra al rey Baltasar, quien, tras saludar a los niños de Madrid, ha tomado un instrumento para regalar a todos los presentes una canción de su tierra, África.
La alcaldesa, Manuela Carmena, les ha recordado a los Reyes Magos que en Madrid les estaban esperando desde hace un año y les ha pedido que presten atención en su reparto nocturno:
"Majestades, no se os vaya a olvidar ningún niño".
Un castillo de fuegos artificiales ha puesto punto y final a esta cabalgata que aventura la noche más mágica, en la que, como recordaban hoy los adultos, para facilitar el trabajo de los magos es crucial ir pronto a la cama.