Policía no encontró evidencias de disparos en la boda que terminó con un atropello masivo en Torrejón

Agentes de la Policía Nacional han declarado este martes en el juicio contra Micael D.S.M., acusado de atropellar mortalmente a cuatro personas en una boda en Torrejón de Ardoz hace tres años, que no hallaron restos de balas en el lugar de los hechos, y que tan solo encontraron varias navajas escondidas tras los coches.

Los policías han coincidido en apuntar que encontraron armas blancas y dinero en el lugar de los hechos, el restaurante El Rancho, pero que no vieron evidencias de que se habían producido disparos, lo que contradice la versión del acusado, conocido como El Portugués, y la de sus sobrinos, quienes sostienen que tuvieron que huir de la boda tras sufrir varios disparos.

"Encontramos navajas debajo de los coches (...) Parece como que llegó la policía y la gente empezó a tirar las cosas debajo de los coches", ha afirmado un agente de la comisaría de Torrejón a preguntas de la fiscal.

Sin embargo, ha señalado que no encontró por el suelo casquillos de bala en la inspección ocular que realizó.

Cuatro delitos de asesinato y nueve en grado de tentativa

El Portugués se enfrenta a una pena de cárcel de 226 años reclamada por la Fiscalía por cuatro delitos de asesinato y nueve en grado de tentativa, mientras que cuatro de las cinco acusaciones ejercidas por los familiares de las víctimas solicitan la prisión permanente revisable.

Por su parte, su abogada pide su absolución al considerar que concurren las eximentes de miedo insuperable y estado de necesidad.

"No tengo constancia de que hubiera un tiroteo", ha señalado otro policía en la Audiencia Provincial, a la vez que ha explicado que se personaron en la boda tras recibir una llamada en la que les avisaban de una reyerta con armas de fuego, algo de lo que no vieron indicios tras acudir al lugar de los hechos, según han asegurado en su declaración.

Asimismo, los agentes han destacado que los invitados con los que hablaron también les negaron que se hubieran producido disparos y les hablaron de una reyerta que acabó con el acusado atropellando mortalmente a cuatro invitados e hiriendo a nueve.

"Una masacre"

Con respecto a la situación que se encontraron, los agentes han descrito lo que vieron como una "masacre" con gente "gritando y chillando" en un estado "máximo" de nerviosismo: "Vimos un montón de personas tiradas por el suelo", han aseverado.

Incluso uno de ellos lo ha comparado con un atentado terrorista: "Me recordaba mucho a las imágenes del atentado de Barcelona", ha puntualizado a preguntas de uno de los abogados de las acusaciones particulares.