Agentes de la Unidad Central de Seguridad, que realizaban un patrullaje habitual por la Cañada Real Galiana, han rescatado a ocho galgos que vivían en condiciones lamentables, descuidados por sus amos, con parásitos, heridos y sin agua ni alimento suficiente para mantenerse, ha informado el Ayuntamiento de la capital en una nota de prensa.
Los agentes observaron, en principio, un cachorro de esta raza, de unos cuatro meses de edad, que andaba suelto por la calle, lleno de suciedad, con garrapatas y síntomas de desnutrición, y con riesgo de ser atropellado.
En el momento en que el cachorro fue recogido por la patrulla, apareció una mujer que dijo ser su dueña y que explicó que el animal vive en la calle. También relató que el cachorro tenía los charcos de la calle para beber y que no se ocupaba de tener la documentación, o de cuidar de la salud del animal.
Durante esta intervención los policías escucharon gemidos y aullidos insistentes procedentes de otros perros que se hallaban en las proximidades. El más próximo era un macho de unos dos años que estaba sujeto por el cuello, con una cadena de un metro de longitud. Los agentes averiguaron que durante meses, a distintas horas, el perro se encontraba siempre en el mismo lugar, sin apenas protección para las inclemencias meteorológicas.
Debido a la poca movilidad, el animal estaba obligado a vivir entre sus heces, jeringuillas abandonadas y basura, sin agua en el recipiente dispuesto a tal efecto, con erosiones en el cuello debidas al roce de la cadena, lleno de parásitos y con una probable infección en los oídos.
Localizado el dueño, se comprobó que ya había sido advertido en varias ocasiones sobre lo irregular de las condiciones de vida del animal, y de que el chip del animal no contenía datos del propietario.
En otro recinto de la misma calle, construido con vallas de obra, alambres y maderas con clavos salientes oxidados, se encontraron otros tres galgos, dos adultos y un cachorro de cinco meses, que también vivían entre sus propios excrementos, llenos de parásitos, sin lugar donde guarecerse y sin comida ni bebida.
A escasos metros del recinto anterior fueron localizados otros tres galgos a pleno sol, atados a una pared con unas cuerdas tan cortas que apenas les permitían tumbarse, con garrapatas, aparentes síntomas de desnutrición y un único recipiente con agua al que sólo tenía acceso uno de los animales.
A los propietarios de estos animales les fueron entregadas un total de 40 notificaciones por la falta de atención, dándose la circunstancia de que la mayoría de ellos pertenecen a una misma familia. Los ocho galgos han sido rescatados y enviados por Madrid Salud al Centro de Protección Animal, donde se les procurarán los cuidados necesarios.
Ante estas conductas que entrañan maltrato animal, los agentes no se limitan a una intervención administrativa, sino que continúan en la vía penal: la Unidad de Medio Ambiente de Policía Municipal instruye diligencias que se trasladarán a la Fiscalía de Medio Ambiente.
En esta misma zona se han realizado distintas intervenciones de este tipo en los últimos meses, con un saldo de 37 galgos recuperados, incluyendo estos ocho últimos, y un caballo.