La edil de Derechos Sociales y Mayores de Móstoles, Lola Triviño (PSOE), ha señalado que tendrán en cuenta las "recomendaciones" realizadas por parte de la Consejería de Políticas Sociales y que "más pronto que tarde" los usuarios de la residencia de Mayores Juan XXIII tendrán servicio de cocina.
"Próximamente se va a cocinar, más pronto que tarde", ha insistido Triviño durante el Pleno municipal, donde ha sido preguntada por Ciudadanos por el requerimiento realizado por la Consejería para que mejore algunos aspectos del servicio de comidas que se ofrece en dicha residencia, de titularidad municipal.
Quejas por la calidad de la comida
Este requerimiento se produce después de que algunos residentes y familiares lleven semanas quejándose de la calidad de la comida que se sirve en el centro a través de un servicio de cátering contratado por el Ayuntamiento tras vencer, hace cuatro meses, el contrato de la cocinera que atendía el servicio en el centro.
Triviño ha defendido que, aunque "lo mejor es cocinar en la cocina", la comida que se está sirviendo en la residencia "es absolutamente digna y de calidad", por lo que ha insinuado que existe "una campaña" para perjudicar al Gobierno, cuando esta residencia "ha sido un referente durante la pandemia".
En la inspección que los técnicos de la Dirección General de Atención al Mayor y la Dependencia hicieron realizaron el 9 de febrero pasado, se detectaron "una serie de deficiencias" en el servicio de comida, que según fuentes de la Consejería ya han sido comunicadas a la dirección y al Consistorio.
El catering llega cada dos días
Los técnicos comprobaron, entre otras cuestiones, que los alimentos elaborados por el servicio de cátering llegan al centro cada dos días, por lo que han instado a que estas entregas se realicen "a diario", proporcionando alimentos frescos y cocinados "en el mismo día" para "garantizar la salubridad de los mismos".
Además, durante la visita también comprobaron que la residencia aún no tiene la preceptiva autorización de funcionamiento de servicio sanitario integrado en organización no sanitaria, un trámite que deben realizar los propios técnicos municipales, y que no contaba esa semana con un fisioterapeuta en la plantilla.
Fuentes municipales han señalado a Efe que la Consejería de Servicios Sociales "no pone en duda la calidad de la comida que se sirve en la Residencia", ya que "solo hace algunas recomendaciones para mejorar el servicio", algo que "por supuesto" se tendrá en cuenta.
Con respecto al servicio de fisioterapia, aclaran que "dado que solo hay 18 mayores en la residencia, y que por medidas de precaución ante la COVID-19 se han restringido las entradas y salidas de personas ajenas al centro, cuando el servicio médico recomienda la realización de sesiones de fisioterapia, son los terapeutas ocupacionales de la Residencia los que la realizan".
"No obstante, se está trabajando para que haya un servicio de fisioterapia específico en el centro", añaden, reiterando que "las condiciones de la residencia son las mismas que cuando en mayo nos obligaron a acoger a 5 mayores procedentes de otra residencia en condiciones lamentables y sin garantizar que no tuvieren Covid-19".