El Ayuntamiento de Madrid ha rechazado paralizar temporalmente la retirada de amianto en una nave de la calle Dr. Esquerdo 138, en el distrito de Retiro, y ha propuesto a los vecinos crear "una comisión de seguimiento semanal", tras una reunión anoche con representantes vecinales que duró más de tres horas y terminó en una "gran decepción" para estos.
La delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, junto con responsables de las empresas adjudicatarias y personal técnico, atendieron a una treintena de responsables de las comunidades de vecinos afectadas por el desamiantado y demolición de una cubierta de 7.700 metros, en un patio de manzana rodeado de edificios, y que ha causado preocupación y alarma entre los 1.800 vecinos afectados.
Esa comisión de seguimiento semanal, según se ha comprometido la delegada con los vecinos, informará puntualmente del avance de las obras, las medidas de seguridad, las actas de inspección y el resultado de las mediciones diarias de calidad del aire que se están realizando.
Desde la empresa DMol, especializada en desamiantado, reiteraron que el material es "no friable" -no se desmenuza fácilmente-, y que aplican un líquido encapsulante a las placas para minimizar la dispersión de fibras. Además, aspiran con filtros HEPA la cubierta y el suelo al finalizar cada jornada, asegura la empresa.
"Nos han indicado motivos jurídicos como excusa", según los vecinos, ya que la obra solo se pararía "si se emite un informe técnico favorable donde se indiquen puntos objetivos que dieran lugar a esa paralización", indican a Efe fuentes presentes en la reunión.
En la comisión de seguimiento habrá un representante de cada comunidad de propietarios, aunque la asociación vecinal Los Pinos recomienda "insistir en que esas reuniones sean abiertas" a los residentes.
El Ayuntamiento ha mostrado en la reunión las mediciones de estos dos días, que están "muy por debajo de lo establecido" y hará mediciones ambientales "en todos los portales que los soliciten".
Los vecinos expusieron preocupaciones sobre salubridad, horario de las obras (de 8 a 15 horas), falta de encapsulado de todas las placas (con fotos y vídeos tomados desde sus balcones), y falta de información previa al enterarse "unos días antes" y sin tiempo de irse de casa quienes podrían hacerlo.
También criticaron tener que "mantener cerradas las ventanas" durante tres semanas y que "no se ha esclarecido si se puede poner el aire acondicionado".
Piden conocer por qué el Ayuntamiento ordenó "teletrabajar durante tres semanas" a los empleados del Área de Vivienda municipal, ubicada en un edificio colindante, según una comunicación interna a esos trabajadores municipales. "Si existe un informe técnico para mandarles a trabajar a casa, que nos lo enseñen y si no existe, que digan cuáles fueron los motivos".
"Desilusión máxima" de una vecina del número 38 de Sánchez Barcáiztegui, por la "falta de empatía con el ciudadano y una especie de amenaza velada" de la concejala de Obras diciendo que “si no se hacen ahora las obras, ahí se quedará la uralita otros 50 años, ¿es lo que queréis?”, concluye.
