Sonia vive una auténtica pesadilla. Decidió poner su piso de Lavapiés en alquiler y, en medio del proceso, unos okupas se adueñaron de la casa. Aprovecharon que la propietaria no estaba dentro para pegarle una patada a la puerta y cambiar la cerradura. No quiere mostrar su rostro por miedo a represalias pero relata a Telemadrid una escena kafkiana que concluyó cuando ella decidido auto-ocupar su casa para recuperarla
La propietaria fue a pedirles explicaciones a los okupas y ellos le respodieron amenazándola con un cuchillo. Incluso con posteriodidad, los okupas llegaron a reclamar dinero a la propietaria para poder recuperar su piso.
Cuando fue a denunciar, la Policía le dijo que no podían hacer nada, que necesitaban una orden judicial. Entonces ella decidió esperar a que los molestos inquilinos saliesen de su vivienda para auto-ocupar, su casa, a las bravas. No es un caso aislado. La patada en la puerta se ha convertido en el último recurso para muchos propietarios de viviendas okupadas.
Los vecinos aseguran que se trata de las mismas personas que trafican con droga. Ahora ella ha recuperado su casa, haciedo de okupa en su propia vivienda. Los vecinos aseguran que no es un casdo único en el barrio. Se trata, al parecer, de las mismas personas que trafican con droga.
Hay Comunidades que han decidido colocar cámaras de seguridad en la escalera. Otros vecinos han optado por poner una doble puerta blindada para entrar en casa. Incluso hay quien ha llegado a tapiar la entrada de su piso vacío para que no fuera ocupado por extraños.