La tragedia sobrevoló Velilla de San Antonio: "Meteros en casa que nos cae la viga"

  • Una familia evita una desgracia al refugiarse antes de la caída de una placa de hormigón sobre el patio de su casa
  • Los vecinos de la urbanización denuncian el peligro de unas obras a dos metros de sus viviendas, con la grúa por encima de las casas a todas horas

Los vecinos de una urbanización de reciente construcción en Velilla de San Antonio se han llevado un buen susto cuando una enorme placa de hormigón se ha caído de la grúa que la transportaba y se ha desplomado sobre el patio de una vivienda donde segundos antes estaba jugando una familia con una niña de cinco años.

Rubén y su mujer Cristina estaban tomando café en la terraza de su casa junto a su pequeña Triana, de cinco años. Mientras, una grúa cargada de placas de hormigón sobrevolaba sus cabezas, como ocurre desde hace unos meses.

El instinto de Rubén les ha podido salvar la vida, ya que algo vio que no iba bien y mandó a su familia meterse en la vivienda unos segundos antes de la caída de una enorme placa de hormigón que destrozó la valla de su terraza. La niña, nos cuentan, no pudo dormir en toda la noche, mirando por la venta a su patio.

Velilla / TELEMADRID
Velilla |TELEMADRID

Pesadilla con las obras

Les entregaron sus viviendas en noviembre y desde entonces han comenzado a sufrir las obras de la urbanización de al lado, a sólo dos metros de sus casas.

Les han tapado el edificio y desde entonces llevan soportando la caída de piedras, rotura de paredes y siempre con el riesgo de que la grúa sobrevuela sus pisos y terrazas durante todo el día.

"Ahora han empezado a poner unas redes, pero antes no había ninguna medida de seguridad", señala Beatriz, una de las vecinas.

Dicen que la policía no les hace caso y que el Ayuntamiento afirma que las obras son legales. "El alcalde tiene previsto acercarse hoy, pero el concejal de Urbanismo ya nos dijo que, según la ley de 1968, la distancia entre urbanizaciones es legal y cumple las normas".

De la constructora no tienen noticias y piensan en denunciar a la suya por los desperfectos que están soportando en su urbanización. "Está todo lleno de cascotes, espero que por lo menos los recojan", exclama Beatriz.

Mientras tanto, Rubén, Cristina y Triana se lo pensarán dos veces antes de salir al patio.