La Batalla Naval de Vallecas regresa el domingo 17 de julio para celebrar sus 40 años de vida reivindicativa y lúdica, ha adelantado la Cofradía Marinera Vallekana desde sus redes sociales.
La pandemia dejó la Batalla Naval en dique seco pero los vallecanos y vallecanas se siguieron 'mojando' desde sus balcones y con una venta de camisetas solidaria destinada a las redes de apoyo.
En la edición 38, la Batalla Naval de Vallecas se mojó contra el cambio climático. En 2018 lo hizo por la derogación de la Ley Mordaza y el verano anterior por el derecho al asilo.
Una batalla contra el calor
Fue en 1981 cuando simbólicamente el mar llegó a Vallecas con su Batalla Naval, que con los años se ha convertido en una de las señas de identidad de este punto de Madrid. Como explican desde la Cofrafía, organizadora de la Batalla, a un grupo de jóvenes que participaban en las Fiestas del Carmen se les ocurrió combatir el calor echando mano de las bocas de riego del bulevar.
De este baño improvisado surgió la reivindicación del 'Puerto de mar para Vallekas'. Un año después se celebró ese imaginado puerto de mar, en el que participaron más de 3.000 vallecanos y vallecanas.
Vallecas 'en seco'
Pero Vallecas no siempre lo tuvo fácil y la 'ley seca', mediante el cierre de las bocas de riego por parte de la Junta, también llegó a este puerto de mar. Desde 1991 hasta el año 2000 los problemas se sucedieron.
El principal escollo es que no se establecía un espacio delimitado para celebrar la Batalla Naval.
La 'sequía' obligó también a darle una vuelta a la idea de la batalla Naval. Por eso en 1993 se optó por la espuma y dos años después por el agua reciclada.
En el año 2000 nació la Cofradía Vallekana, integrada por 36 organizaciones y colectivos de Vallecas que se hacen cargo de la organización de la fiesta.