Una joyería ubicada en el distrito de Hortaleza se ha visto obligada a colgar un gran cartel en el que se puede leer 'Liquidación total. Cerramos por atraco' y a poner todos los productos casi a precio de coste al haber sufrido un robo valorado en 200.000 euros y no poder hacer frente con el negocio.
La responsable de la Joyería Ana Pinto, Andrés Terceño, ha relatado cómo el pasado verano entraron cuatro personas encapuchadas al establecimiento con una pistola y un hacha y desvalijaron gran parte del negocio, llevándose objetos valorados en 200.000 euros de los que el seguro tan sólo cubre hasta 140.000 euros.
"Me tiraron al suelo y se metieron dentro. El del hacha reventó los escaparates y los otros cogieron las bandejas que pueden con el oro y las mantas. Yo estaba tirado en el suelo con el de la pistola. En un momento de distracción me pude escapar, pedí auxilio a la Policía y reventé una luna de un coche que tenía las puertas abiertas para que les siguieran", ha rememorado.
Entonces, otros dos encapuchados llegaron subidos en otro vehículo y le obligaron a marcharse de la zona amenazándole con disparar. "Fue como de película, pero por desgracia es pura realidad. Me podría haber disparado, darme el del hacha o atropellado los del coche. Son situaciones límites y obré de esa forma", ha añadido.
Ni los pulsadores anti atraco, ni el cierre ni las videocámaras han servido para evitar este suceso. Tras doce años de actividad y a pleno rendimiento, Terceño ha lamentado que se han tenido que plantear cerrar porque no pueden continuar con el negocio ya que no disponen de liquidez para adquirir nuevos productos que poner a la venta. "Nos da mucha pena porque funcionaba", ha lamentado.
Por último, ha reprochado que el verdadero problema del gremio de los joyeros es que la legislación es demasiado suave hacia estos delincuentes. "Esto es como un paraíso para ellos, pueden delinquir y robar y están libres de todo", ha lamentado.