Los peregrinos que participarán en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Madrid la próxima semana tienen una edad media de 22 años, más de la mitad (58%) cuenta con estudios universitarios y un 72 por ciento asiste por primera vez a este tipo de encuentro, según datos extraidos del primer y segundo sondeo realizado a jóvenes participantes de la JMJ Madrid 2011.
Los peregrinos proceden de un total de 193 países, en su mayoría de España, Italia, Francia, EEUU, Alemania, Brasil, Polonia, Portugal y México, y aunque a veces no puedan entenderse por el idioma saben comunicarse con el idioma de la fe según aseguran muchos de los peregrinos que hoy se daban cita en la explanada de la Almudena. Tanto es así que incluso a instancia de un grupo de italianos han comenzado a realizar un juego que bien podría llamarse "El juego del Mundo" porque en él se han dado cita agarrados de la mano en círculo, jóvenes de los cinco continentes. Entre los europeos se encontraba César, al cargo de un grupo de 60 italianos que reconocen que intentan llevar la alegría a todos los peregrinos con los que se encuentran. Agustina es una peregrina de America del Sur, que junto a cuatro amigas intentaban conocer que les movía a desplazarse a Madrid a dos húngaros con los que apenas podían entenderse. Se enseñan las acreditaciones, cambian recuerdos de sus paises, y finalmente entienden que todos tienen una misión importante que cumplir durante estas jornadas mundiales.
De Asia, formaban parte de este grupo multinacional, una treintena de chinos acompañados de nueve taiwaneses. Shiago comentaba que en China eran perseguidos algunos católicos y que aunque aquí ni se atrevieran a mostrar ante las cámaras de las televisiones como ondeaban su bandera, estaban más que contentos por poder profesar su religión entre tanto joven. Para Vicente, religioso procedente de Costa de Marfil y al mando de peregrinos de este país y del Chad, viajar a Madrid ha supuesto una oportunidad para los pueblos de Africa de participar en una fiesta de fe y esperanza. Estos africanos se encontraban sentados en las escaleras de acceso a la Almudena junto a un grupo de 70 peregrinos de Tasmania quienes han querido viajar desde tan lejos porque necesitan compartir su fe con otros peregrinos del mundo. En definitiva en cada rincón de Madrid jóvenes de los cinco continentes comparten la alegria que ha llegado de todos los rincones del mundo.