El servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón ha realizado con éxito un trasplante de córnea completo junto con una lente intraocular especial que incorpora un iris artificial.
El paciente, un hombre de 78 años, sufrió el pasado mes de mayo un accidente con un azadón que le causó una herida en el ojo derecho dañando la córnea y perdiendo el cristalino y el iris. El mismo día de la lesión el paciente fue operado de urgencia y los profesionales sanitarios realizaron una cirugía para mantener la integridad del globo ocular.
Técnica de vanguardia
Además, a esta técnica de vanguardia se suma un excelente trabajo para minimizar las secuelas estéticas y psicológicas asociadas a esta intervención. Para ello, la lente empleada en este procedimiento tiene un color prácticamente idéntico al iris original que contribuye a evitar posibles complejos que puedan menoscabar la autoestima del paciente.
“Las secuelas del accidente dejaron al paciente en un primer momento con una visión reducida que sólo le permitía distinguir bultos y una fotofobia por la falta de diafragma del iris que normalmente es lo que nos protege de la luz intensa”, explicó Paz Rodríguez, jefa de servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Torrejón.
Después de esta valoración inicial y en un segundo tiempo, los profesionales del centro decidieron realizar una queratoplastia, procedimiento médico quirúrgico para el trasplante de córnea, junto con el implante de una lente intraocular especial que incorpora un iris artificial y una zona central para corregir el cristalino dañado a causa de la lesión.
Compleja técnica
“Para esta intervención ha sido precisa una compleja técnica de sutura de la lente con gore-tex, cuyo uso es muy innovador en el campo de la Oftalmología y que está dando unos resultados muy satisfactorios como en el caso de este paciente”, destacó Rodríguez.
El carácter innovador de la técnica se refleja en los resultados: a las 24 horas el afectado se encontraba bien, sin molestias y con muestras de mejora en su visión. En los meses siguientes el paciente que ha acudido a revisiones de forma periódica no ha presentado ninguna complicación y solo ha requerido el tratamiento habitual con colirios.