Historias oscuras y ruta por los crímenes reales de Madrid
Ruta por los crímenes más escalofriantes que han cimentado la leyenda negra de la capital
Madrid, la ciudad que nunca duerme, guarda secretos bajo sus adoquines y en las profundidades de su metro.
Olvídate de los museos y los rooftops de moda, y acompáñanos en esta ruta por los crímenes más escalofriantes que han cimentado la leyenda negra de la capital.
Los Cadáveres del Metro Tirso de Molina
¿Alguna vez te ha dado un escalofrío al pisar el andén de Tirso de Molina? Puede que no fuera solo el aire acondicionado. Esta estación de la Línea 1, inaugurada en 1921 como "Progreso", se construyó justo donde antes estuvo el Convento de la Merced (demolido en 1834).
El shock llegó a los obreros al desenterrar los esqueletos del antiguo cementerio. ¿La solución? Tan vintage como inquietante: los restos fueron emparedados tras los muros de la estación y cubiertos con azulejos.
Desde entonces, el rumor de ruidos extraños en los andenes alimenta una leyenda urbana que te hará mirar dos veces antes de subir al vagón.
La Casa Maldita de Malasaña (Calle Antonio Grilo, 3)
Si las paredes hablasen, las del número 3 de la calle Antonio Grilo (antes de Las Beatas) gritarían. Esta vía se ha ganado a pulso su siniestra fama con un historial de violencia que se remonta al siglo XVIII.
Hablamos de degollamientos, apuñalamientos y palizas mortales a lo largo del siglo XX. Pero los crímenes que la consagraron como "la más macabra de Madrid" llegaron después.
En 1962, el sastre José María Ruíz Martínez, en un brote de locura, asesinó brutalmente a su familia, un caso que conmocionó a la ciudad. Solo dos años después, en 1964, otra tragedia golpeaba el mismo portal: Pilar Agustín Jimeno ahogaba a su bebé recién nacido.
El Crimen que Inspiró a Goya
El pintor de Fuendetodos, Francisco de Goya, también tuvo sus musas en la crónica negra. El 1 de diciembre de 1797, Francisco del Castillo, un acaudalado comerciante, fue apuñalado once veces en su casa de la calle Alcalá.
¿El cerebro? Su propia esposa, María Vicenta Mendieta, y su primo y amante, Santiago San Juan, que ejecutó el asesinato disfrazado de fraile. El rumor corrió como la pólvora, apuntando incluso a una posible protección de la reina María Luisa de Parma.
Sin embargo, los amantes acabaron condenados a morir a garrote vil en la Plaza Mayor. El caso inspiró a Goya en dos de sus caprichos y fue tema de conversación en la corte y la cultura de la época.
Los Restos del Prometido... Al Desagüe
Un atraco chapucero con un final de película de terror. En 1913, el cincuentón Rodrigo García Jalón fue a casa de su joven prometida, María Luisa Sánchez, para pedir la mano.
El padre, Manuel Sánchez, conocido como "El Capitán", lo atacó con dos martillazos para robarle. Al encontrar poco botín, el robo se convirtió en una carnicería: Sánchez, con ayuda de su hija, descuartizó el cuerpo, arrojó vísceras al retrete y coció la cabeza en una olla.
El crimen se destapó cuando María Luisa intentó cobrar una ficha del Casino de la víctima. Manuel fue fusilado y su hija acabó en un psiquiátrico, dejando tras de sí uno de los crímenes más macabros de Madrid.
¿Quién Mató al Conde de Villamediana?
En el Madrid del siglo XVII, pocos eran tan trending topic como el conde de Villamediana. Famoso por su ostentación y sus supuestos amores con la reina Isabel de Borbón, el conde coleccionó envidias y enemigos.
Su vida glamourosa y polémica se cortó de raíz en la calle Mayor: mientras iba en su carroza, un hombre salió de un portal y lo apuñaló.
El asesinato causó un shock en la ciudad y se convirtió en un misterio sin resolver. Góngora expresó simpatía, pero otros, como Quevedo o Lope de Vega, insinuaron que él mismo se había buscado el destino.
El enigma del conde de Villamediana sigue siendo uno de los casos sin resolver más comentados de la historia.
La Asesina de la Calle Fuencarral
Una plancha de la ropa y el estrangulamiento fueron las armas del crimen que conmocionó a la capital en 1902. Manuel Pastor, vecino del número 45 de la calle de Fuencarral, apareció sin vida en su cama.
El ménage à trois asesino lo completaban una criada y una cocinera. El móvil: Pastor había despedido a la cocinera, amiga de la criada, Cecilia Aznar.
Cecilia mató a su amo a golpes con la plancha y lo estranguló. Tras huir, fue detenida cuando la policía encontró el arma con restos de sangre y cuero cabelludo. Cecilia fue puesta en libertad en 1937, después de pasar un tiempo en la cárcel.
Ricardito "El Descuartizador"
Si pensabas que solo Londres tenía un Destripador, te equivocas. Madrid tuvo su propia versión con "Ricardito el Descuartizador".
Tras ser despedido por su jefe, el empresario Pablo Casado, su criado Ricardito lo atacó y lo mató con una plancha.
El plan de huida fue tan macabro como arriesgado: descuartizó el cuerpo y lo facturó de Cataluña a Madrid dentro de una caja de madera.
La caja se quedó días en la Estación de Atocha hasta que el fuerte olor obligó a abrirla, revelando vísceras y miembros, pero no la cabeza. El factor clave: la víctima solo tenía un testículo.
La policía dio con Ricardito, y la prensa especuló que el motivo era una supuesta relación amorosa entre ambos.
Paco "El Orejas"
En la calle Sainz de Baranda tuvo lugar en enero de 1988 un triple asesinato que probó que a veces los peores monstruos son los que están más cerca.
Los asesinados fueron los señores Gardner-López del Moral y su sirvienta, Benita, víctimas de un robo. El autor fue Paco "El orejas", novio de la sobrina de la criada, Mari Ángeles.
La clave del caso fue que la puerta no estaba forzada, y el motivo era el enganche a las drogas de la joven pareja, que había empeñado joyas y cambiado dinero.
Mari Ángeles y Paco recibieron condenas de cincuenta y un y cuarenta y cuatro años de cárcel, respectivamente.
Hildegart, la niña prodigio asesinada por su madre
El caso de Hildegart es menos de asesino en serie y más de control parental tóxico llevado al extremo más oscuro. El 9 de junio de 1933, Aurora Rodríguez disparó cuatro veces a su hija de 18 años mientras dormía.
Hildegart era una niña prodigio: abogada, militante, columnista y autora, fruto de un estricto plan de su madre para crear a la "mujer del futuro".
Al percibir que Hildegart comenzaba a alejarse de su control, Aurora decidió acabar con ella. Condenada a cárcel, y luego trasladada a un psiquiátrico, el caso de Aurora e Hildegart quedó grabado como uno de los crímenes más perturbadores de la historia reciente de España.
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