Francisco Naranjo, presidente de Vitra, la cooperativa de viviendas impulsada por el sindicato CCOO a la que el senador de Podemos Ramón Espinar compró un piso para luego venderlo, no oculta su extrañeza por la operación del político con una de las casas de su promoción en Alcobendas.
“Para mí lo más raro es que se venda la casa en los meses siguientes de firmar la escritura de compra. No es lo habitual. Al contrario: el noventa y tantos por ciento de los compradores sigue viviendo en la casa 10 o 15 años después”, asegura a El País. La cooperativa ha promovido más de 33.000 viviendas.
Espinar compró la casa el 16 de marzo de 2010 y obtuvo de la Comunidad de Madrid la autorización para venderla el 12 de julio. Es decir, decidió venderla apenas cuatro meses después de comprarla. “Otra cosa un poco extraña es que hasta la escritura [de compra] Espinar sí puede pagarnos, y luego a partir de la escritura es cuando dice que ya no tiene posibles”, prosigue Naranjo a El País.
LAS PREGUNTAS DE NARANJO
Espinar desembolsó 52.000 euros en tres años antes de firmar la compra en concepto de adelanto y después alegó que no podía pagar una cuota mensual de 580 euros. El senador no ha aclarado cómo logró, con tan bajos ingresos, subrogarse en la hipoteca que la cooperativa tenía con el BBVA, ni si alguien le avaló. “Si tenía un avalista, ¿por qué no siguieron avalándole para el pago de la hipoteca?”, se pregunta Naranjo.
El senador vendió el piso por 176.000 euros y ganó con la venta unos 20.000, descontados impuestos y otros gastos. Argumenta que lo vendió al precio que fijaba la Comunidad de Madrid, pero ¿podría haberlo vendido por una cantidad inferior? “Perfectamente: por el precio que nosotros se lo habíamos vendido a él”, contesta Naranjo. “La Comunidad de Madrid fija un precio máximo, no mínimo”.
El senador tenía también la opción de devolverlo a la cooperativa si no podía pagarlo, antes, eso sí, de firmar la compra. “Si es por una causa justificada se le devuelve el 100% del dinero”, explica el presidente de la cooperativa a El País. “Si ha podido justificar ante la Comunidad de Madrid que no podía pagarlo para que le autoricen a venderlo, esa misma justificación serviría para la cooperativa”.
¿Se trata, pues, de un caso de especulación? "Cada uno puede pensar lo que sea. Es legal y yo me reservo la opinión". "Sin ánimo de justificarlo, si se hubiera querido especular más se hubiera puesto un precio menor y se habrían utilizado otras fórmulas", defiende. Se refiere, por ejemplo, a cobrar una parte del precio en dinero negro.
El presidente de Vitra asegura, por otro lado, que, aunque Espinar accedió a una vivienda por la cuota del 15% que la promoción otorgaba discrecionalmente, nada tuvo que ver en ello que su padre, Ramón Espinar, fuera vicepresidente de Caja Madrid. “Yo supe que [Espinar hijo] estaba en la lista el mismo día que firmamos”, afirma. La cooperativa tenía una bolsa de datos de interesados en viviendas de Madrid, en la que figuraba Espinar, indica.
“Se había apuntado como interesado. Le llamamos a él y a lo mejor a 100 más. Se les dice: Tenemos esta oferta, ¿te interesa?”, incide Naranjo, que sí reconoce que conocía a Espinar padre de su etapa de consejero en la Comunidad. Que el 15% de las viviendas no se adjudicara por concurso, dice Naranjo, lo determinó el Ayuntamiento de Alcobendas.