El SAMUR-PC enseña a los madrileños a a realizar técnicas de reanimación cardiopulmonar en Callao

  • Ha atendido en la última década a unos 3.000 pacientes que sufrieron una parada cardiorrespiratoria en las calles de la capital

Los profesionales y voluntarios de SAMUR-Protección Civil forman hoy a todos los ciudadanos interesados en formarse sobre técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) que se acerquen a la Plaza de Callao, donde han instalado un punto móvil con motivo del Día Mundial de la Parada Cardíaca.

La delegada de Seguridad y Emergencias y portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, ha asistido a estas formaciones, donde ha subrayado "la importancia de reforzar este eslabón crucial de la 'cadena de la vida', que es el de los ciudadanos que presencian una parada cardiorrespiratoria y saben cómo actuar" hasta que llegan los servicios sanitarios.

Además, ha mostrado su orgullo porque los madrileños, al avisar al 112 de una parada, se prestan mayoritariamente a iniciar el masaje cardíaco siguiendo las instrucciones telefónicas de los sanitarios.

La 'cadena de la vida' es un concepto integral de asistencia mediante eslabones (cinco) que SAMUR-PC fortalece. El primero es la alerta precoz, sabiendo reconocer una parada y activando cuanto antes a los servicios de emergencia.

El segundo es la reanimación cardiorrespiratoria básica por los testigos, para lo que resulta clave esta formación a los ciudadanos que hoy se lleva a cabo, para que sepan responder si sucede ante ellos, al ser cruciales los primeros minutos.

El tercer eslabón es la desfibrilación precoz, que los testigos puedan acceder sin demora a un desfibrilador (ya presente también en muchos vehículos de Policía Municipal y autobuses de la EMT en el marco del proyecto 'Cardiomad'). El cuarto son los cuidados avanzados por parte de las unidades de SAMUR-PC al llegar y, el quinto, los cuidados hospitalarios.

SAMUR-PC ha atendido en la última década a unos 3.000 pacientes que sufrieron una parada cardiorrespiratoria en las calles de la capital, casi una persona al día, de los que más de la mitad lograron recuperar el pulso en el propio escenario de la atención y unos 600 (en torno al 20 %) sobrevivieron sin secuelas neurológicas.