Las mujeres arrestadas están acusadas de nueve delitos de hurto, tres realizados en Madrid, Leganés y Alcorcón, y seis en Zaragoza.
Ambas actuaban de forma perfectamente coordinada y se desplazaban desde Madrid a diferentes ciudades con el único objetivo de obtener el mayor beneficio.
Denominada como operación Express, la investigación se puso en marcha en mayo tras detectarse varios hurtos en distintos barrios de Zaragoza.
Una de las autoras, embarazada en el momento de los hechos, abordaba en la calle a personas de edad avanzada simulando una situación de necesidad.
Alegaba que no se encontraba bien o que necesitaba un vaso de agua para ganarse su confianza y conseguir que la invitaran a pasar a sus casas.
Una vez dentro, dejaba la puerta abierta y contactaba a través de un pinganillo con su cómplice, quien acudía sigilosamente a la vivienda para sustraer dinero en efectivo y joyas, mientras la primera intentaba llevar a la víctima a la terraza o al punto más alejado del dormitorio, con lo que lograban actuar sin levantar sospechas y marcharse sin dejar rastro.
Una vez que las dos mujeres fueron detectadas, agentes del Grupo de Delincuencia Itinerante establecieron un dispositivo para proceder a su detención y evitar nuevos hechos delictivos.
Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número uno, en funciones de guardia, su titular decretó el inmediato ingreso en prisión para ambas.