La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 11 años y seis meses de prisión, así como a una indemnización de 175.000 euros, a un hombre de nacionalidad española que apuñaló a su pareja de origen vietnamita con un cuchillo, lo que le ocasionó la muerte en su vivienda del distrito de Tetuán.
Según el fallo, los hechos tuvieron lugar a la 1:30 de la mañana del 20 de enero de 2013 tras una fuerte pelea en el dormitorio principal, donde el agresor, Santiago F.R., y la víctima, Thai T., ambos sordomudos, se arrojaron varios objetos punzantes y se involucraron en un largo forcejeo.
MÁS DE 20 HERIDAS
En un momento de la pelea, la víctima se hizo con un cuchillo de cerámica de unos diez centímetros, que fue rápidamente arrebatado por Santiago, quien le clavó el arma en el cuello de tal modo que la hoja se fracturó y un fragmento quedó incrustado en esa parte de su cuerpo.
Acto seguido el agresor arrastró de los pelos a la víctima, todavía con vida, desde el dormitorio hasta la cocina, donde agarró otro cuchillo, algo más grande, y le asestó numerosos golpes en diferentes partes del cuerpo como la espalda y la cabeza mientras ella trataba de defenderse, al principio de pie y posteriormente ya tumbada.
A pesar de que el informe del forense contabiliza más de veinte heridas repartidas por todo el cuerpo de la víctima, durante el juicio no se ha podido certificar que hubiera ensañamiento por parte del agresor.
En el fallo, el juez asevera que la pena final ha sido reducida un año teniendo en cuenta la discapacidad que sufre el asesino, una circunstancia que no es frecuente entre el resto de presos en la cárcel a la que ha sido destinado, tal y como argumentó la defensa durante el juicio.
Otro de los atenuantes durante el proceso judicial reflejados en el fallo de la Audiencia Provincial es la colaboración constante con la Justicia por parte del acusado, quien confesó todos los hechos.
Además, fue el propio condenado quien avisó, a través de varios mensajes de móvil a conocidos y familiares, de que había cometido el asesinato, en unos textos en los que les pedía expresamente que avisasen a la Policía de lo sucedido.
Cuando llegaron los efectivos del SUMMA y posteriormente los agentes policiales, el asesino todavía se encontraba en el domicilio, situado en el número 31 de la calle Ofelia Nieto del madrileño barrio de Tetuán, al parecer sin ninguna intención de huir.
Tras el altercado, varios vecinos afirmaron que ambos eran "amables" aunque tenían dificultades en la comunicación con ellos por ser sordomudos, y precisaron que la vivienda era propiedad de la familia del supuesto agresor, con quien la mujer llevaba unos meses conviviendo.
Por todo ello, la sentencia condena a Santiago a 11 años y medio de cárcel, así como a indemnizar con 150.000 euros a la hija de la víctima y con 15.000 a la madre.