El municipio madrileño de Colmenar Viejo despedía a última hora de este viernes a José María Romeral Escribano, vicario de la iglesia colmenareña de Santa Teresa fallecido en el accidente de tren ocurrido el miércoles en Santiago de Compostela.
De 63 años y natural de Campo de Criptana (Ciudad Real), Chema, como le llamaban muchos vecinos, era una persona "muy querida" en Colmenar Viejo y participaba en las misas de la parroquia y en las de la residencia municipal de ancianos.
El funeral, oficiado por el obispo auxiliar de Madrid y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, junto con una treintena de sacerdotes, entre ellos el párroco de Santa Teresa, Jesús Bueno, se ha celebrado en la parroquia iglesia de Santa Teresa a las ocho de la tarde.
Tres horas antes llegaba desde Galicia a la parroquia colmenareña el féretro con los restos mortales de José María Romeral.
La iglesia se llenó muy pronto y cuando ha comenzado el funeral decenas de vecinos han tenido que quedarse en la calle.
En representación del Gobierno regional ha asistido al funeral el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola.
El alcalde de Colmenar Viejo, Miguel Ángel Santamaría, que ha interrumpido sus vacaciones para asistir al oficio, y concejales de la Corporación Municipal también han estado en las exequias.
En la homilía, Martínez Camino ha destacado la figura de José María como sacerdote, del que ha dicho que era un "hombre cabal", muy querido por los feligreses, por su familia y por sus compañeros sacerdotes.
También ha mencionado el nuevo destino que esperaba a José María en septiembre: iba a ser párroco de la iglesia de San Miguel, en el distrito madrileño de Chamartín.
El prelado ha tenido unas palabras de cariño dedicadas a todas las víctimas de la tragedia de Santiago de Compostela y a sus familiares, y ha deseado una pronta recuperación a los heridos.
Así mismo, ha citado a las otras dos víctimas mortales del accidente de tren que tenían vinculación con Colmenar: Juan Antonio Palomino Alfaro, vecino del municipio cuyos restos mortales han llegado a las nueve de la noche al tanatorio de Santa Ana de Colmenar; y Rodrigo, vecino de Madrid pero muy vinculado a la parroquia de San José de la localidad, donde acudía como monitor a los campamentos de verano.
Tras ser velados esta noche en la parroquia colmenareña, los restos de José María Romeral serán trasladados mañana a Campo de Criptana, donde está previsto que sea el entierro.