El Gobierno de Castilla-La Mancha ha retirado 7.000 toneladas de ruedas en el cementerio de neumáticos de Seseña (Toledo), considerado el mayor vertedero ilegal de ruedas de Europa y que ardió en mayo, y prevé completar la eliminación de las 5.000 toneladas de ruedas que faltan el 15 de diciembre.
Estos datos los aporta el consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, en una entrevista concedida a la Agencia Efe en la que también indica que las cenizas del incendio comenzarán a retirarse "en las próximas semanas, antes de que acabe este mes" de noviembre, con el objetivo de que estén totalmente limpiadas "a primeros del año que viene".
El 13 de mayo, fecha de la que mañana se cumplen seis meses, comenzó a arder -por causas que aún se desconocen aunque todo apunta a que fueron intencionadas, ya que los días previos al incendio llovió copiosamente- el que se consideraba el mayor cementerio ilegal de ruedas de Europa y que estaba repartido entre Seseña y Valdemoro (Comunidad de Madrid), donde comenzó el fuego.
Este incendio, que está siendo investigado por un juzgado de Valdemoro, se dio por extinguido el 2 de junio en la zona que afecta a Castilla-La Mancha y, en los primeros días, originó que se recomendara el confinamiento de los vecinos de la urbanización El Quiñón de Seseña en sus casas y que todos los colegios del municipio permanecieran cerrados.
Tras su extinción, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural comenzó la retirada de ruedas y ya se han quitado 7.000 toneladas, por lo que Martínez Arroyo indica que las 5.000 toneladas de neumáticos que quedan podrán estar quitadas el 15 de diciembre, mientras que las cenizas estarán limpias a primeros de año.
"Ahora vamos a un ritmo muy alto de retirada porque ya no hay alambres ni amasijos de hierros, que se retiraron todos hace unas semanas", detalla el consejero.
A continuación, se hará "una restauración medioambiental que va a ser modelo", destaca el consejero de Medio Ambiente, que reivindica que la retirada de todos los restos de incendio se está haciendo "con total prudencia para evitar riesgos medioambientales".
Del mismo modo que se hizo con la calidad del aire en el momento del incendio, pues reivindica que "siempre se han adoptado las decisiones con carácter técnico", al tiempo que subraya que "en todo momento, en cualquiera de los parámetros y en todas las estaciones de medición de calidad del aire, tanto las móviles como las fijas, se demostró que no se habían superado los umbrales que permite la ley".
En este sentido, recuerda que a los diez días de que se declarara el incendio, se creó una comisión de expertos que está elaborando un estudio sobre la calidad del aire en esos momentos, que será adicional a los datos que se recogieron en su día, y cuyos resultados previsiblemente se podrán tener a lo largo de este mes.
"Es una de las cuestiones de las que más satisfechos podemos sentirnos, porque creo que se ha actuado de forma correcta a pesar de las presiones que en algunos casos hemos tenido, políticas y de otros ámbitos. Hay que tener la información técnica para tomar decisiones", argumenta el consejero.
Martínez Arroyo añade que, a raíz del incendio de Seseña, se puso de manifiesto que en Castilla-La Mancha había otros cementerios ilegales de ruedas, ante lo cual recuerda el compromiso de la Consejería de Medio Ambiente de "resolver ese problema dentro de un compromiso global".
Ello se hará a través de un proyecto europeo de compra pública innovadora, para transformar los neumáticos en combustible, con financiación del Feder, con el objetivo de que el material reciclado sirva para climatizar los edificios públicos.
También hace alusión al incendio de una planta de residuos industriales en Chiloeches (Guadalajara) y afirma que este suceso está en manos de la Guardia Civil y de la Fiscalía, pues "son ellos los que tienen que investigar y determinar qué ha sucedido".
En cualquier caso, afirma que "lo que está claro es que hay que intentar que estas situaciones no vuelvan a suceder", para lo cual la Consejería que dirige elabora un plan regional de gestión de residuos, que "controle con mayor severidad a las empresas que almacenan residuos en la región".
"Vamos a avanzar ese plan en las próximas semanas con el objetivo de dar un mensaje de tranquilidad", anuncia Martínez Arroyo, que afirma que en Castilla-La Mancha "se están haciendo las cosas bien en materia de medio ambiente y, aunque ha habido dificultades, no se va a dejar de controlar" a este sector.
Sin embargo, admite que "en los últimos años, ha sido un sector que no se ha controlado suficientemente y probablemente la situación de ahora es consecuencia de la falta de control real sobre este tema en los últimos años".
Con todo, insiste en que "esto no va a suceder más" y subraya la importancia de "tener una política de medio ambiente, dedicarle tiempo, recursos económicos y recursos humanos", un aspecto sobre el cual a Castilla-La Mancha le queda "mucho por hacer, porque no ha sido una política prioritaria en los últimos años".