La Policía ha desarticulado, con la detención de trece personas, el llamado el Clan de las niñas, uno de los más activos de la Cañada Real y que regentaba uno de los puntos de venta de droga más conocido: el búnker de Valdemingómez, auténtico supermercado de la droga abierto 24 horas.
La delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, y el jefe superior de Madrid, Alfonso José Fernández, han informado hoy junto a otros mandos policiales sobre esta "importante y laboriosa" operación, con la que se ha acabado con uno de los cinco puntos de venta de droga relevantes que quedan en la zona de la Cañada Real Galiana.
El "clan de las niñas", llamado así porque estaba integrado mayoritariamente por mujeres jóvenes o de mediana edad que son familiares de miembros de otros clanes ya caídos, regentaba el búnker de Valdemingómez, donde se dispensaba droga 24 horas al día "como si fuera un supermercado".
Habían colgado carteles anunciado que había "porros y marihuana en el interior" y, ya dentro, otros que indicaban "aquí cocaína", "aquí marihuana", "aquí hachís", de manera que parecía "un auténtico dispensario de comestibles", ha relatado el jefe superior.
Se trataba de un auténtico búnker vigilado por drogodependientes contratados a cambio de dosis y con doble puerta blindada para evitar la entrada rápida de la Policía. Había estufas para quemar la droga si llegaban los agentes, eliminando así pruebas en su contra.
Así ocurrió el pasado 28 de abril, cuando numerosos miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP o antidisturbios) de la Policía Nacional culminaron la operación entrando en el búnker, lo que lograron antes por las ventanas, rompiendo las rejas, que por la puerta.
Mientras, los miembros del clan tiraron a una estufa toda la droga, pero los agentes recuperaron parte del hachís (167 gramos) y otras sustancias para su venta, recabando así pruebas contra los implicados, lo que es esencial para que sean condenados, según han destacado los mandos policiales.
También registraron otras parcelas en la Cañada Real y dos viviendas en Madrid y Fuenlabrada, estas últimas utilizadas como almacén de la droga en la que intervinieron dos armas de fuego, un silenciador, más de 19.000 euros en efectivo y utensilios para preparar las dosis.
Los investigadores calculan que los ahora detenidos llevaban unos diez meses funcionando y vendían entre un kilo y un kilo y medio de cocaína al día, junto a cantidades menores de otras drogas. En la operación han sido arrestadas trece personas, diez de ellas mujeres de entre 19 y 45 años descendientes de miembros de clanes desarticulados comoLos Fernández, Los Gordos, Los Emilios o Los Brunos.
La cabecilla es La Luisa, de 40 años, que cuenta con numerosos antecedentes desde el año 2004 por tráfico de estupefacientes, así como con una condena por este tipo de delito. Entre los arrestados, la mayoría de ellos también con antecedentes policiales, está el hombre que hacía de intermediario con narcotraficantes para abastecer de droga al clan.
Al igual que se hizo con otros clanes familiares de la droga desarticulados, ahora la Policía investiga el patrimonio de los arrestados, de manera que la operación continúa abierta.
