El botellón masivo que congrega a cientos de jóvenes en la Plaza de España se traslada ya al interior del parking subterráneo situado bajo la plaza.
Los guardias de seguridad del recinto se ven incapaces de evitar el consumo de alcohol en el estacionamiento. Fuera, con el frío de la noche, son decenas de personas las que beben hasta altas horas de la madrugada. Cualquier rincón les sirve para practicar el botellón. Beben en los lavabos, en baños y se meten en cualquier hueco de escalera o en los aparcamientos con tal de saltarse la ley. Lo invaden todo durante los fines de semana.
Y ellos mismo lo dicen ante las cámaras de Telemadrid dentro de un baño donde no falta la música, el hielo y la bebida. Cualquier lugar es bueno para protegerse del frio y de la policia municipal: un baño del aparacamiento o junto al vehiculo que cogerán después de beber.
Pero no quieren irse a casa y muchos juegan al gato y al ratón con los vigilantes de los aparcamientos que no paran de echar a grupos de jóvenes toda la noche. Tienen bebida y sino saben donde conseguirla: los comercios chinos venden alcohol hasta las doce.
La fuerte presencial policial en Plaza de España motivo que este último fin de semana estuviera casi vacía, pero hace un mes había decenas de botellas, vasos y bolsas por todas partes. Había alcohol hasta para regalar, con multitud de vendedores ambulantes ofreciéndolo.
En un mes la imagen cambia radicalmente, con el frio y la policía municipal presente en la zona, los jóvenes se meten en cualquier sitio, todo por beber junto a los amigos.