La Fiscalía de Madrid solicita 33 años de cárcel para una acusada que narcotizaba a los hombres que engatusaba en locales de ambiente para mantener relaciones sexuales, robándoles en su domicilio cuando se quedaban dormidos. Una de sus víctimas sufrió un edema agudo de pulmón y falleció, mientras que otro padeció una severa crisis cardiaca y respiratoria.
En el escrito de acusación, el fiscal imputa a Verónica Elisabeth P.M los delitos de homicidio, homicidio en grado de tentativa y robo con violencia. El juicio se celebrará a partir de hoy. La procesada empleaba el método del 'Beso del Sueño'. Consiste en que una mujer entra en conversación con hombres en locales de copas y con la excusa de tomar la última copa y mantener relaciones sexuales, acuden al domicilio de la víctima. Cuando el hombre se distrae, le disuelve una sustancia estupefaciente en su bebida para dejarle dormido. Aprovechando su inconsciencia, le sustrae el dinero y los objetos de valor de la vivienda, antes de abandonar ésta rápidamente.
PRIMER CASO
Según el fiscal, el 13 de marzo de 2009, contactó en una sala de fiestas con Juan Gil Rodríguez. Haciéndose pasar por prostituta le acompañó a su domicilio y vertió en una copa clonacepam y doximalina, sustancias que deprimen el sistema nervioso y provocan un fracaso respiratorio agudo. Nada más beber la copa, Juan Gil Rodríguez quedó sin sentido, sufrió un edema agudo de pulmón y falleció.
La acusada aprovechó para registrar la vivienda y sustraer diferentes objetos, entre ellos, un teléfono móvil, un ordenador portátil, una cámara de fotos, una videoconsola, anillos, pulseras, collares y cadenas de oro y cerca de 10.000 euros en metálico. Algunos de los objetos sustraídos fueron encontrados en la vivienda de la procesada.
OTRO CASO
Otro de los casos se produjo el 1 de mayo de ese mismo año, cuando la acusada, bajo nombre falso, contactó con otra víctima, Isidoro Mariano R.L. De idéntica manera, y a sabiendas de que muy probablemente la ingesta de clonazepam y doximalina iba a provocarle la muerte, le sirvió a Isidoro una copa de güisqui que contenía estas sustancias químicas.
Según el escrito de acusación, si Isidoro no falleció fue gracias al tratamiento médico que recibió, ya que cuando le encontraron los servicios sanitarios sufría una severa crisis cardiaca y respiratoria. También en esta ocasión la acusada registró y vació la vivienda de su víctima de los objetos de valor: relojes de marca, cámara de vídeo, cadenas y colgantes de oro, sortijas, teléfonos móviles, etc.
En el momento de la detención, que tuvo lugar el 29 de mayo de 2009, se le intervinieron las sustancias que suministraba a las víctimas y efectos procedentes de los robos.