En su afán por mantener las calles limpias de excrementos caninos, algunos ayuntamientos madrileños han agudizado su ingenio, con medidas que van desde la entrega de heces de perros a domicilio hasta la formación de patrullas 'anticaca' que actúan en "hora punta" para pillar 'in fraganti' a los dueños de estos animales.
Empezaron por las campañas de concienciación, después contaron con vecinos "avistadores de heces caninas" para alertar de los puntos negros y recientemente incorporaron inspectores uniformados que recorrían las calles para advertir a los infractores de las posibles sanciones a las que se enfrentaban.
Nada de esto ha surtido efecto, ya que las heces de perros continúan ensuciando las calles de Galapagar, para molestia de los vecinos de esta localidad madrileña, próxima a la sierra de Guadarrama.
Por ello, el Ayuntamiento ha decidido dar un paso más en su particular cruzada contra los excrementos caninos e implantar una nueva "estrategia": patrullas "anticaca" formadas por cuatro inspectores que salen a la calle de incógnito, desprovistos de chalecos y otro tipo de distintivos.
Escoltadas por policías locales, las patrullas empezaron a funcionar la semana pasada en las calles más problemáticas del casco urbano de Galapagar, aunque está previsto que alcancen zonas y urbanizaciones de la periferia.
Actúan en las "horas punta" en la que los dueños de perros sacan a pasear habitualmente a sus mascotas, por la mañana y al final del día.
Así lo ha corroborado a Efe el alcalde de Galapagar, Daniel Pérez Muñoz, quien ha comentado que esta nueva medida no le gusta, pero no ve otra opción después de "muchas oportunidades y recordatorios".
"Los que dejan las heces (de sus perros) no lo hacen por descuido ni desconocimiento de la normativa municipal, sino a conciencia", ha afirmado, al tiempo que ha señalado que "no tienen ninguna disculpa".
El alcalde achaca este problema a una "falta de educación" y del sentido del deber, ya que ha asegurado que hay muchos casos de vecinos "reincidentes" que "no quieren cumplir con su obligación" de retirar los excrementos de sus mascotas.
"Todo el mundo sabe que no se pueden dejar en la calle", prosigue.
Las cifras son preocupantes. Cada semana, una 'motocaca' recoge 60 kilos de excrementos caninos, un trabajo que según el alcalde de Galapagar supone un desembolso considerable para un municipio de 33.000 habitantes.
Antes de implantar las primera patrullas "anticaca", se avisó a los habitantes de Galapagar de las lugares y los horarios en que pasearían los inspectores, que además estaban identificados, por lo que defiende que el Ayuntamiento no tiene "afán recaudatorio".
Aún así, reconoce que las multas por dejar heces caninas en la calle, de un mínimo de 751 euros, son "elevadas y duras" pero también "necesarias".
En el Ayuntamiento de Madrid la Ordenanza de Limpieza señala que no recoger los excrementos caninos es una "falta grave" que está castigada con multas de 750 a 1.500 euros.
Las sanciones económicas son la salida más habitual que toman los Ayuntamientos afectados por la presencia de heces caninas en sus calles, aunque también es habitual la instalación de dispensadores de bolsas para la recogida de estos residuos, así como la creación de espacios de recreo con arena para que las mascotas hagan sus necesidades.
A la vez, se sigue trabajando en la concienciación con campañas dirigidas a los dueños de perros, como "Cuento contigo", con la que el Ayuntamiento de Móstoles ofreció a los vecinos interesados un 'kit' de regalo para limpiar los restos que incluía guantes y bolsa.
El municipio de Brunete llegó más lejos con su lucha contra las heces caninas con su reciente campaña de 'caca express'.
Con ella, un grupo de vecinos se prestó de forma voluntaria durante varios días para recoger y enviar a las casas de dueños de perro los excrementos que dejaban "olvidados" en la calle.
Con esta iniciativa, cuyo vídeo promocional fue premiado en el festival iberoamericano de la comunicación publicitaria El Sol, se enviaron un centenar de excrementos.