Los sindicatos colapsan Francia. Las protestas impiden el abastecimiento de gasolina, más de 1500 gasolineras no tienen combustible y los camioneros han cortado las carreteras de acceso a las principales ciudades. Pese al fuerte pulso sindical el presidente Sarkozy sigue adelante con las reformas. Este martes está prevista una nueva jornada de huelga general, un día antes de la fecha prevista para que la reforma de las pensiones sea votada en el Senado. El Gobierno ha puesto en marcha un centro de crisis para afrontar los problemas de abastecimiento de combustible en centenares de gasolineras de todo el país.
La escasez de combustible y la implicación cada vez mayor de los estudiantes en las protestas por el retraso de la edad de jubilación en Francia elevaron la presión sobre el Gobierno de Nicolas Sarkozy ante una nueva jornada de huelga general, prevista paar este martes y considerada decisiva por los sindicatos.
El cierre de cientos de gasolineras llevó al Ejecutivo a crear un centro de crisis para gestionar la situación, después de que las doce refinerías de Francia, en huelga indefinida, permanezcan cerradas desde el pasado martes. Al paro de las refinerías se sumaron las operaciones de bloqueo de algunos depósitos por parte de los sindicatos de camioneros y la tensión creada por la afluencia masiva de automovilistas a las gasolineras para llenar los tanques de sus vehículos por precaución.
Según el ministro de Industria, Christian Estrosi, no se puede hablar de "penuria" de carburante, aunque sí de "problemas de aprovisionamiento", causados por la prudencia exagerada de los conductores y por el paro de las refinerías. El Gobierno no aceptará que haya "un bloqueo en el conjunto de las refinerías" y para impedirlo ha anunciado que tomará "las medidas que sean necesarias", según dijo Estrosi, quien recordó que impedir el acceso de los que no secundan la huelga a sus lugares de trabajo es "ilegal".
Según los distribuidores independientes, que suman el 60 por ciento de la venta de carburante en Francia, los depósitos se agotan y al cierre de cientos de estaciones de servicio podría seguirle la "sequía total" de aquí al fin de semana, si no se reconduce la situación.
ENFRENTAMIENTOS Y DISTURBIOS EN LA CALLE
Además de los problemas en el sector energético, la movilización se ha endurecido en la calle, ya que los sindicatos de estudiantes han respondido a la llamada de las agrupaciones de trabajadores, que intentaban reclutar a los más jóvenes en su lucha. Numerosas concentraciones estudiantiles por todo el territorio francés han provocado el cierre de cientos de institutos y enfrentamientos con la policía en Lille y Roubaix (norte), Mulhouse y Rennes (noroeste), Lyon (este) o Marsella (sur), y a las afueras de París.
Los intercambios de piedras y gases lacrimógenos entre estudiantes y policías en algunos puntos del país, sumados a la quema de algunos vehículos en la vía pública, se han saldado con la detención de unos doscientos jóvenes.
La protesta afecta, además, a los transportes, especialmente a los ferroviarios y aéreos.
La mitad de los trenes previstos para este lunes han sido anulados, a lo que se sumarán al menos el 30 por ciento de los vuelos programados para mañana en Francia (hasta el 50% de los vuelos del aeropuerto de Orly, al sur de París), cuando el país vivirá la quinta jornada de movilizaciones del otoño.
Los efectos sobre el tráfico aéreo de los paros se dejarán notar entre las 17.00 GMT de hoy y las 05.00 GMT del próximo miércoles, según indicaron los servicios aeroportuarios.
SARKOZY: "ESTA REFORMA ES ESENCIAL. FRANCIA SE HA COMPROMETIDO"
A pesar de las protestas, que comenzaron el pasado mes de febrero y que se han intensificado progresivamente desde septiembre, el Gobierno se muestra firme y sigue calificando de indispensable la reforma, que se votará esta semana en el Senado.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aseguró que aplicará su reforma de las pensiones, pese a la oposición que genera, y justificó la intervención del Gobierno para garantizar el abastecimiento de carburante y evitar enfrentamientos. "Esta reforma es esencial. Francia se ha comprometido" a llevarla a cabo, subrayó Sarkozy en declaraciones a la prensa al término de un encuentro con la canciller alemana, Angela Merkel, en Deauville (noroeste francés), antes de que se les sumara el presidente ruso, Dmitri Medvédev, para una cena de trabajo.
Esa reforma "Francia la pondrá en marcha como nuestros amigos alemanes lo hicieron hace algunos años", dijo el jefe del Estado francés, en un contexto de protestas por el proyecto de ley que retrasará la edad de jubilación en dos años. Añadió que "es perfectamente normal y natural que cree inquietudes y oposición. Es normal, también, y natural que un gobierno democrático, en una democracia parlamentaria, se asegure de que los automovilistas tendrán gasolina y que no habrá enfrentamientos".
El Ejecutivo, que hace dos semanas introdujo algunas reformas menores en el texto para apaciguar los ánimos, asegura que no dará su brazo a torcer en el punto más controvertido del nuevo sistema, que prevé elevar dos años la edad de jubilación.
Así, la edad mínima para el retiro pasaría de los 60 a los 62 años y la edad para cobrar el total de la pensión se aumentaría de los 65 a los 67 años.
Los sindicatos, por su parte, confían en que las protestas puedan obligar a dar marcha atrás al Gobierno antes de que el conjunto del texto se someta a la aprobación definitiva del Senado -el miércoles o el jueves- ya que algunas agrupaciones de trabajadores han sugerido que no tendría sentido continuar con la movilización si la cámara alta refrenda el texto.