El líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, profundizó este miércoles su enfrentamiento con el Gobierno en la primera jornada de huelga nacional convocada en más de una década en Argentina, que reunió a miles de sindicalistas en Buenos Aires pero que no logró paralizar la actividad del país.
Moyano, viejo dirigente peronista, antiguo aliado del kirchnerismo y hoy uno de sus más encarnizados enemigos, criticó la "soberbia abrumadora" de la presidenta, Cristina Fernández, y pidió diálogo al Gobierno, mientras que la mandataria insistió, en las redes sociales, en que no acepta la "extorsión" y optó por viajar al interior para inaugurar una granja porcina.
Cerca de 25.000 personas, según medios locales, tomaron la capital argentina para participar en la movilización convocada por Moyano en la emblemática Plaza de Mayo en contra de la política del Gobierno y reclamar que se eleve la exención fiscal para los trabajadores.
La convocatoria, secundada mayoritariamente por el sindicato de camioneros con la adhesión de varios gremios de la CGT, bloqueó el tránsito en Buenos Aires pero no logró paralizar la actividad del país porque el transporte público y los servicios funcionaron con normalidad, aunque obligó a reprogramar vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral.