El régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, ha declarado este domingo su victoria sobre las fuerzas insurgentes que en los últimos días habían combatido en algunos barrios de Damasco contra las tropas gubernamentales. Mientras, continúan los bombardeos de helicópteros sobre la ciudad de Alepo, la más poblada del país, para preparar una inminente ofensiva por tierra.
"Hoy puedo decirle que Siria es más fuerte (...). En menos de una semana han sido derrotados (en Damasco). La batalla ha fracasado", ha afirmado el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Mualem, durante su visita a Teherán. "Así que se han ido a Alepo y le puedo garantizar que sus complots van a fracasar", ha añadido.
Los rebeldes controlan varios barrios de Alepo, donde son visibles las patrullas de milicias sublevadas en camionetas en las que ondea la bandera verde, blanca y roja de la independencia. Fuentes de la insurgencia aseguran que han contenido a las fuerzas gubernamentales en el barrio de Sal al Din (Saladino), en el suroeste de la ciudad.
En otras zonas de Alepo se están produciendo también combates y los helicópteros del Ejército continúan sobrevolando la ciudad. La artillería de las fuerzas gubernamentales también ha disparado contra varios de los barrios en los que hay presencia insurgente.
Mientras, la televisión estatal ha informado de que el Ejército está trabajando para repeler a los "terroristas" en Sal al Din y asegura que varios dirigentes rebeldes han sido apresados.