La oposición siria ha pedido el despliegue de cascos azules para defender a la población civil del regimen de Bachar al Asad, cada vez más aislado internacionalmente. En las últimas horas mas de 90 personas han muerto, víctimas de la represión y en la provincia de Deraa soldados desertores se enfrentan abiertamente a las fuerzas de seguridad.
Burhan Galion, dirigente del Consejo Nacional Sirio (CNS), aseguró que "la defensa de la población civil no es una injerencia militar, se trata del envío de observadores de la ONU, por ejemplo de cascos azules".
Galion llamó a Rusia, los países árabes y a la comunidad internacional en su conjunto a coordinarse para "aprobar una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la defensa de los manifestantes pacíficos en Siria".
Según las organizaciones de derechos humanos, el lunes, al menos cincuenta personas murieron en enfrentamientos violentos a manos de las fuerzas de seguridad sirias en varios puntos del país árabe, donde han muerto más de 3.500 personas desde marzo pasado en las revueltas antigubernamentales, según la Naciones Unidas.
El dirigente opositor sirio matizó que esa intervención de la ONU se llevaría a cabo "sin intervención militar alguna en Siria" en respuesta a países como Rusia y China que acusan a Occidente de proponerse un cambio de régimen en Damasco, al igual que en Libia.
El CNS considera que la salida de Asad es un paso necesario para que Siria entre en "una nueva etapa", en la que la oposición si estaría dispuesta a negociar, siempre que las autoridades anuncien oficialmente "su voluntad de instaurar un sistema democrático en Siria".
