En Tailandia las inundaciones de los últimos días han causado doscientos sesenta y nueve muertos, desde que comenzaron a finales de julio. Las intensas lluvias del monzón han obligado a desalojar hospitales, viviendas y templos y se espera que la situación empeore en las próximas horas. Las precipitaciones, las peores en décadas, han provocado el cierre fábricas y han dejado atrapadas a miles de personas.
La primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, aplazó sus visitas a Malasia y Singapur esta semana y colocó en alerta las 24 horas al Gobierno por las inundaciones que sufre el país y que prevén llegarán a Bangkok el fin de semana. La situación más grave podría producirse por donde pasa el río Chao Praya.
Ya son más de tres millones las personas damnificadas y treinta de las setenta y seis provincias del país se encuentran anegadas, y de éstas diez en situación crítica.
"No perdáis el tiempo con lugares que ya no se pueden proteger y mover la población a zonas seguras", ha sido una de las órdenes impartidas hoy por Yingluck. La jefa del Ejecutivo también ordenó construir diques, particularmente en las provincias de Nonthaburi y Prathum Thani, que se encuentran en el grupo en situación crítica.