El Gobierno mexicano y los organizadores de protestas por los 43 estudiantes desaparecidos rechazaron hoy todo tipo de violencia tras los incendios de sedes gubernamentales por algunos manifestantes, mientras una nueva marcha exigió este domingo al Estado que asuma su responsabilidad en el caso de los jóvenes.
"La violencia sólo genera más violencia. La mayoría de los ciudadanos queremos la paz y por eso exigimos al Estado que asuma su responsabilidad política", dijo José Alcaraz, portavoz del Consejo Estatal de Organizaciones (CEO), organizador de la marcha "43x43. Ni un desaparecido más".
Después de una semana caminando, que arrancó en la ciudad de Iguala, un grupo de activistas y de representantes de la sociedad civil mexicana llegó hoy al Zócalo capitalino, donde ofrecieron un mitin de protesta por los 43 estudiantes desaparecidos el pasado 26 de septiembre.
Allí condenaron los hechos de violencia ocurridos el sábado en este lugar, cuando un grupo de radicales atacaron e incendiaron la puerta del Palacio Nacional después de una manifestación pacífica por este caso.
En el mismo sentido se manifestó hoy el presidente Enrique Peña Nieto al afirmar en el estado de Alaska (EE.UU.) en una escala de su gira por China y Australia que es inaceptable que alguien pretenda utilizar esta tragedia para justificar su violencia, según informaron medios locales.
"Los mexicanos decimos no a la violencia. Ésta no es una expresión del Gobierno, éste es un sentimiento genuino de la sociedad mexicana que dice no a la violencia; decimos sí a la justicia, al orden, a la armonía, a la tranquilidad, decimos sí a la aplicación de la justicia ante estos hechos atroces y abominables", añadió el gobernante.
Por los ataques e incendios del sábado fueron detenidas 18 personas que declararon ante la fiscalía mexicana y quedarán en libertad en las próximas horas.
Alcaraz insistió en que este movimiento, formado por distintas organizaciones sociales de la República mexicana, rechaza la violencia como método de lucha para transformar el país.
También el sábado en Chilpancingo, la capital de Guerrero, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, compañeros de los desaparecidos, acompañados por miembros de otras escuelas, lanzaron piedras, cócteles molotov al Palacio de Gobierno e incendiaron varios vehículos.
Todo para protestar por los hechos del 26 de septiembre, cuando policías atacaron en Iguala a alumnos de la mencionada escuela por órdenes del entonces alcalde, José Luis Abarca, detenido a comienzos de noviembre junto a su esposa, María de los Ángeles Pineda.
Esa noche murieron seis personas, 25 resultaron heridas y 43 jóvenes fueron detenidos y entregados al cártel Guerreros Unidos, que se encargó de su desaparición, de acuerdo con las investigaciones.
El pasado viernes la Fiscalía mexicana dio por muertos a los 43 estudiantes desaparecidos tras detener a los autores confesos del crimen, pero ni los familiares de los jóvenes ni gran parte de la sociedad mexicana se cree este desenlace y exigen más pruebas.
Pese a la presión existente en el Gobierno mexicano por este caso, el presidente Peña Nieto decidió continuar con su viaje a China y Australia que comenzó el sábado por la noche.
Sin embargo, hoy los manifestantes del movimiento "43x43. Ni un desaparecido más" lanzaron duras críticas al Ejecutivo y pidieron la renuncia del procurador general, Jesús Murillo, ante el millar de personas que se reunió en el Zócalo capitalino para apoyarlos.
Tras un viaje de casi 200 kilómetros caminando hasta la capital, Alcaraz dijo que las personas "tienen miedo porque no saben dónde está el límite entre el poder público y la delincuencia".
Por ello, afirmó que este es el momento de actuar ya que el caso de Ayotzinapa ha sido "la gota" que colma el vaso.
Entre otras acciones, convocaron a la sociedad mexicana a "construir un padrón ciudadano" para saber cuántos desaparecidos hay y "poder exigirle al Gobierno que dé respuesta por cada uno de ellos", explicó.