Jared Kushner, yerno del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, podría ocupar un puesto clave en la Casa Blanca, según aseguran hoy varios medios de comunicación estadounidenses. El diario The Wall Street Journal, que cita a fuentes cercanas al equipo de transición, señala que Kushner estudia la posibilidad de tener un papel formal en el gobierno estadounidense, como asesor o consejero del presidente, pero también baraja la opción de trabajar con él sin cargo oficial.
Según el periódico, tanto el que será jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, como su consejero principal, Stephen Bannon, quieren que Kushner esté en el círculo de trabajo más cercano del nuevo presidente, algo que también apuntó hoy el canal NBC.
La que fuera jefa de campaña de Trump, Kellyanne Conway, aseguró hoy que el yerno de Trump "no ha solicitado ningún puesto formal" en la Casa Blanca, aunque tampoco descartó que pueda hacerlo.
En una entrevista con el canal ABC, Conway aseguró en todo caso que Kushner "seguirá siendo muy importante" para Trump y una persona en la que confía mucho. "Quiere que siga siendo un asesor suyo, pero también es familia", subrayó Conway, que destacó el importante trabajo de Kushner durante la campaña electoral y recordó que en el pasado otros familiares de presidentes han tenido influencia en la Casa Blanca.
De 35 años y casado con Ivanka, la hija mayor de Trump, Kushner tuvo un papel clave negociando entre bastidores entre distintas facciones dentro y fuera de la campaña y se ha convertido en uno de los colaboradores más cercanos del magnate neoyorquino.
Aunque no está del todo claro, según algunos expertos el yerno de Trump podría tener dificultades a la hora de obtener un alto cargo en la Administración por una ley contra el nepotismo aprobada en los años 60. Sin embargo, a priori nada le impediría trabajar como asesor del presidente sin recibir un sueldo.
Kushner, hijo de un magnate inmobiliario, se hizo cargo de los negocios de su padre después de que este fuese a la cárcel por evasión fiscal, contribuciones ilegales a campañas políticas y represalias contra testigos.
El fiscal del caso fue el ahora gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, también colaborador cercano de Trump durante su campaña electoral y que en las últimas semanas ha ido quedando relegado a un papel secundario tras ser reemplazado como jefe del equipo de transición.
Según varios medios estadounidenses, Kushner sería quien habría maniobrado para dejar de lado a Christie, que se ha visto envuelto en un escándalo local en el que este mes dos subordinados suyos fueron condenados.
Además de negocios inmobiliarios, Kushner es dueño de la publicación New York Observer.