El Gobierno británico anunció hoy la mayor reforma de sus Fuerzas Armadas en décadas, que supondrá la reducción de 20.000 soldados en ocho años y dejará al Ejército del Reino Unido con la mitad de efectivos que tenía en plena Guerra Fría.
Se trata de una contundente disminución del tamaño del Ejército británico, un 20 por ciento, fruto de los recortes que el Gobierno de David Cameron lleva a cabo desde 2010 y que le ha enfrentado en numerosas ocasiones a representantes de las Fuerzas Armadas.
Tanto la oposición como altos mandos del Ejército criticaron la reforma, que han calificado de "poco sensata" por poner en riesgo la seguridad del Reino Unido.
En una intervención ante la Cámara de los Comunes, el ministro de Defensa, Phillip Hammond, aseguró que los cambios contribuirán a crear un fuerza "equilibrada, capaz y adaptable" a las condiciones del futuro.
La reforma, denominado "Ejército 2020", supone la reducción del número de soldados de los actuales 102.000 a 82.000 en los próximos ocho años, mientras los reservistas se doblarán hasta los 30.000.
Estas cifras suponen la mitad del número de efectivos que el Ejercito británico tenía en 1978, cuando ascendía a 163.000, y reducirá su tamaño al que tenía en el siglo XIX.
Los medios británicos aseguran que el Gobierno ha retrasado varios meses su anuncio por temor a una dura campaña en contra.
"Tras heredar el enorme despilfarro del anterior Gobierno (laborista), nos hemos visto obligados a tomar decisiones difíciles para llevar a cabo nuestra visión de unas Fuerzas Armadas formidables, adaptables y flexibles", afirmó Hammond.
Con el fin de reducir el tamaño y el gasto que supone el Ejército, el Gobierno ha tenido que reorganizar su estructura con un plan diseñado por el teniente general Nick Carter, que ha recomendado qué unidades y regimientos son prescindibles.
El ministro conservador recalcó que, después de una década de "largas operaciones", como las desarrolladas en Irak o Afganistán, "necesitamos transformar el Ejército" en un fuerza "bien entrenada, equipada y financiada".
Ya se han anunciado 7.000 despidos y les seguirán otros 11.000 en los dos próximos años, mientras que el Gobierno estudia un plan para facilitar que los reservistas puedan tener más tiempo libre en sus trabajos y unirse a operaciones del Ejército.
Hammond, que reconoció que la moral de las tropas es "frágil" por los recortes, explicó que, al disminuir el número de soldados, será imprescindible recortar el número de unidades en todos los cuerpos del Ejército.
Por ello, la reforma supondrá la desaparición de 17 divisiones entre las que se encuentran cuatro históricos batallones y un quinto que reduce a Escocia sus actividades.
Además, la Armada perderá dos unidades con la fusión de varios regimientos y también habrá reducciones en el número de divisiones en la Artillería, Aviación, Policía Militar y cuerpos técnicos como mecánicos e ingenieros.
La oposición laborista, por medio de su responsable de defensa, Jim Murphy, criticó hoy estos recortes ya que considera que podrían poner en peligro la seguridad del Reino Unido.
Según Murphy, cada día surgen nuevas amenazas procedentes de "países débiles y fracasados" en un "arco de inestabilidad" que se extiende desde "el oeste de África hasta Asia central y sudoriental".
La reforma anunciada por el Gobierno ha causado además malestar y frustración entre altos mandos del Ejército.
El brigadier David Paterson, coronel honorario del Regimiento de Fusileros, denunció esta semana en una carta interna que se ha filtrado que la decisión de suprimir uno de sus batallones "no hará ningún favor" a las Fuerzas Armadas y "no puede ser presentada como la mejor o la más sensata de las opciones".
Por su parte, el exjefe del Estado Mayor del Ejército Richard Dannatt advirtió de que esta reducción supondrá que el Reino Unido no será capaz de afrontar al mismo tiempo guerras como la de Irak o Afganistán en un futuro.